TÍBET
Tíbet: 50 años de ocupación en el Himalaya
Por J. F. Lamata Molina3 min
Internacional23-03-2008
La región de Tíbet era una sociedad atascada en un sistema religioso feudal que permaneció totalmente aislado del resto del mundo hasta el siglo XIX, aunque siempre sometido al poder de la dinastía Manchú reinante en China. Cuando en 1911 se produjo la Revolución republicana y la defenestración-abdicación de Pu-Yi, "el último emperador", los británicos decidieron conceder la independencia a Tíbet.
La política y la religión estaban unidas mediante un sistema de servidumbre medieval a principios del siglo XX. Los máximos jefes religiosos eran el Dalai Lama "reencarnación corporal de Buda" y el Pachen Lama "reencarnación espiritual de Buda". Durante los años de dominio religioso no se puede hablar de una auténtica libertad de un país donde -según datos chinos- el 95 por ciento de la población estaba sometida al “ula” (trabajo forzado). Aunque los datos no son demasiado fiables, se habla de trato infrahumano hacia aquellos siervos de los feudales (flagelación, extracción de la lengua o vaciado de ojos son algunas de las denuncias que se aseguró que los señores feudales religiosos causaron a sus compatriotas), lo que sí está claro es que la población de Tíbet no dispuso ni tan siquiera de educación, pues no existía ni una sola escuela en aquel Estado, la única cultura era la de los templos. En 1918, cuando apenas el país llevaba seis años de independencia, se produjo el primer intento de revolución de los siervos, precisamente liderados por una mujer-sierva Hor Lhamo, al grito de "Derribar y abolir los ula", pero el levantamiento fue sofocado. En el país también hubo luchas por el poder entre el Dalai Lama y el Pachen Lama, contando el primero con el apoyo indio y el segundo con el apoyo chino. La disputa finalizó con el triunfo absoluto del primero. En 1951, el dictador chino Mao Zedong decidió poner fin al "teatro cavernícola y retrógrado" y ordenó la invasión de Tíbet desterrando al Dalai Lama. Según la versión oficial, fue un acto "de liberación pacífica" de la población tibetana y es cierto que durante aquellos años apenas hubo reacción violenta, la auténtica violencia se produjo en 1959 cuando grupos nacionalistas tibetanos atacaron a las fuerzas de supeditación china. Mao envió al Ejército Popular para que aplastara el levantamiento pero no pudo ignorar el descontento por lo que accedió a designar una comisión encabezada por el Pachen Lama para que dirigiera el país siempre que ésta aceptara la autoridad china. En 1965, el Gobierno chino, en esos años bajo la influencia de los "revisionistas" Deng Xiaoping y Liu Shaoki, decidió poner fin a la cuestión tibetana y declaró oficialmente traidores tanto al Dalai Lama como al Pachen Lama y convirtió Tíbet en "Región Autónoma de la República Popular China". Se permitiría la religión del lamaísmo pero se la excluía de toda la dirección política, que estaría totalmente controlada por el Partido Comunista Chino -se pasó de 2.400 monasterios a unos 230-. Durante la Revolución Cultural, Mao formó un comité especial para asegurarse de que Tíbet no apoyara al anti-maoísmo. La única revuelta en este sentido (1970) fue igualmente infructuosa. El Gobierno chino, tras la muerte de Mao, ofreció al Dalai Lama volver a Tíbet para ejercer de jefe religioso siempre que se mantuviera apartado del poder político, pero el Dalai se negó, se erigió en líder del derecho tibetano a su independencia y en 1989 obtuvo el Premio Nobel de la Paz. En cuanto al Pachen Lama, el último al que le correspondió ocupar el cargo fue a un niño nacido ese mismo año que fue detenido por la Policía china en 1992. Fue el preso político de menor edad en la historia del mundo aunque el Gabinete chino aseguro que lo liberó pero ocultando su identidad para proteger su privacidad. La historia, por tanto, pone en evidencia que la población tibetana -al igual que la china- no ha gozado en ningún momento, ni con feudalistas ni con comunistas, de auténtica libertad.