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CROACIA

Comienza el juicio contra Gotovina, el héroe genocida

Por J. F. Lamata MolinaTiempo de lectura3 min
Internacional16-03-2008

El juicio contra Ante Gotovina es un hito que bien pudiera ser el mejor precedente en la historia de la Justicia universal, mucho más que en Nuremberg, puesto que entonces sólo se sentaron en el banquillo los perdedores. En esta ocasión, después de que se sentaran los del bando perdedor, le toca el turno a los del ganador y se acaba con el falso mito de que las guerras son entre "buenos" y "malos", definiendo por el primer adjetivo al que gana y por el segundo al que pierde.

Las brutales guerras de los Balcanes (1990-1995) tuvieron uno de los especiales dramatismos en Croacia por la pelea entre los bandos que dirigían el ex comunista Franco Tudjman, reconvertido en ultranacionalista croata, y el ex comunista Slobodan Milosevic, reconvertido en ultranacionalista serbio. El primero proclamó la independencia del país en 1990, el segundo se negó a aceptarlo y junto con sus fieles serbocroatas dirigió acciones violentas contra los nacionalistas croatas, entre ellas la de los temibles francotiradores chetniks y estalló la guerra civil. Milosevic contó con la especial ayuda de Milan Babic, quien proclamó la República Serbia de Croacia en Krajina (zona de mayoría serbia). La lucha contra los serbios se presentaba complicada, pues el recién creado ejército croata debía enfrentarse a un enemigo superior. Tudjman encargó esa difícil tarea al general Ante Gotovina, convertido así en símbolo de la resistencia del país. La independencia de Croacia fue consolidada y en 1995 con el consentimiento de Tudjman, Gotovina inició la operación Oluja (Tormenta) que incluía el asalto a Krajina, el bastión de la población serbocroata. Gotovina dirigió aquel asaltó junto al jefe de la policía croata Markac (quien se sienta junto a él en el banquillo). En aquel ataque se calcula que murieron 150 civiles. El conflicto entre ambas partes traspasó sus fronteras durante la guerra de Bosnia. Tudjman quería integrar la zonas en Croacia y Milosevic mantenerla en serbia, por lo se dio origen a una guerra a tres entre serbobosnios, bosniocroatas y bosniacos (musulmanes). La población bosnia, castigada por los ataques de los fanáticos serbobosnios Radovan Karadzic y el general Ratko Mladic, se enfrentaba a los ataques que, desde Zagreb, inspiraban Tudjman y el general Gotovina. A finales de 1995 Estados Unidos impuso la paz de Dayton, en la que Bosnia era partida en dos estados: croatomusulmán y una República serbobosnia. Más tarde, salieron a la luz documentos (y hasta un vídeo) en el que se demostraba cómo Milosevic y Tudjman habían llegado intentar pactar la partición de Bosnia entre ellos, en un amago de acuerdo similar al pacto sobre Polonia de Hitler y Stalin. El final de aquellos protagonistas de tan brutal carnicería es conocido: por el lado serbio, Milosevic murió en su celda en La Haya sin llegar a oír su condena; Babic fue condenado a 13 años y se suicidó poco después; y Karadzic y Mladic permanecen huidos de la Justicia. Aún así, el Gobierno serbio llevaba años recordando al Tribunal Penal Internacional (TPI) que ellos habían entregado a todos los criminales serbios (el ex presidente de Serbia Milutinovic se encuentra a la espera de juicio) y los croatas también debían rendir cuentas. Cuando se estaban preparando los cargos contra Tudjman éste falleció (1999). Una de las primeras medidas de su sucesor Stipe Mesic fue destituir al general Gotovina de su puesto. En 2001 al conocerse la orden de detención del TPI Gotovina optó por huir de la Justicia. Su captura parecía imposible, pues al igual que la población serbobosnia protegía a Mladic y a Karadzic, era fácil suponer que la croata lo haría con Gotovina. Pero el ex general cometió el error de visitar España y fue allí donde precisamente cayó en Tenerife en diciembre de 2005. El juicio a Gotovina supondrá un espaldarazo de legitimidad para la Corte Penal Internacional de La Haya, adquiriendo una legalidad a la que no llegó ni el de Nuremberg, ni el de Tokio, ni el reciente de Bagdad. Aunque países como EE.UU., Rusia o China se nieguen a reconocer aún a La Haya, Milosevic y Babic ya han pasado por él. Ahora le toca el turno a Gotovina, las madres de Srbrenica claman por la detención de Mladic y Karadzic.