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ARGELIA

El Gobierno argelino inicia una ¬caza de brujas¬ contra los cristianos

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura3 min
Internacional02-03-2008

La situación de la comunidad cristiana de Argelia atraviesa malos momentos. De la persecución violenta durante los primeros años de la guerra civil en el país (1991-2002), en la que murieron asesinados una veintena de sacerdotes, se ha pasado a una persecución institucional por parte del Gobierno. La última incursión en la guerra contra el cristianismo en Argelia, que incluye multitud de restricciones a los fieles, fue el decreto de expulsión contra el expresidente de la Iglesia protestante del país, Hugh Johnes, acaecido la pasada semana.

“No me han dado ningún motivo y mi visado había sido prorrogado hasta el próximo mayo. Lo que acaba de pasar me recuerda a cuando me quisieron expulsar del país a finales de los ochenta acusándome de proselitismo. Pero ahora ni siquiera me han formulado un reproche y, por supuesto, yo respeto la ley argelina y no hago proselitismo". Con estas palabras recalcaba Johnes el sinsentido de su expulsión. El pastor, de nacionalidad estadounidense, ni siquiera ocupaba ya un cargo de responsabilidad dentro de la comunidad protestante, que engloba a más del 90 por ciento de los alrededor de 100.000 cristianos del país. Desde 2006 Johnes se encontraba retirado de sus funciones como presidente de la Iglesia protestante argelina la cual ha sido capaz de toda una hazaña en un país de fuerte influencia islámica. En la región de Cabilia, al norte del país, varios miles de jóvenes se han convertido en los últimos años al cristianismo, una religión que hasta hace poco sólo se pasaba de padres a hijos sin variar sensiblemente el número de fieles. Johnes no alberga dudas sobre la relación de este hecho con su decreto de expulsión. “Todo esto es una reacción a las conversiones de argelinos al cristianismo, sobre todo en Cabilia. Es un fenómeno que llama la atención, pero minoritario, que no quebranta a la religión musulmana del Estado", aseguró. La expulsión del pastor evangelista no llega a la comunidad cristiana del país como algo novedoso. El sucesor de Johnes al frente de la Iglesia protestante, el suizo Ueli Senhauser, vio denegada su petición de renovación del permiso de residencia, con lo que tuvo que abandonar el país al poco de asumir el cargo. La comunidad protestante decidió entonces que Mustafá Krim, de pasaporte argelino, asumiese el mando de su Iglesia dado que no puede ser expulsado. Evidencias de persecución contra los cristianos El día a día de los fieles cristianos en Argelia está sujeto a fuertes restricciones. Para empezar, el clero necesita de permisos especiales para importar biblias y otros materiales necesarios para el culto. Unos permisos que, además de no renovarse desde 2005, se ven luego sujetos a más restricciones si cabe, dado que la tenencia de más de una biblia en una misma casa puede llegar a ser evidencia de delito de proselitismo. La caza de brujas entorno al supuesto proselitismo cristiano llevó el pasado enero al sacerdote francés Pierre Wallez a enfrentarse a un año de cárcel por rezar con un grupo de subsaharianos cristianos que se encontraban de paso para dar el salto a España. El delito del que Wallez fue acusado fue el de celebrar un culto no musulmán fuera de los edificios autorizados, una infracción registrada en una ley aprobada hace apenas dos años. Apenas unos días después de la sentencia de Wallez, tres pastores protestantes fueron condenados a tres años de cárcel y a una multa de 5.000 euros por “blasfemar y quebrantar la fe musulmana”, dos delitos penales en el código argelino. Pese a todo, el ministro de Asuntos Religiosos, Bouabdallah Ghamallah, sostuvo en una intervención reciente en la radio pública argelina que en el país “hay libertad de culto”, lo cual no le privó de sostener que “un extranjero que pida a un ciudadano argelino cambiar de religión atenta contra su dignidad”.