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BANCOS

El famoso ‘broker’ de Société Générale, entre rejas

Por María García CiracTiempo de lectura2 min
Economía10-02-2008

El Tribunal de Apelación de París ha ordenado el ingreso en prisión preventiva de Jérôme Kerviel, el ex empleado de Société Générale al que apuntan como autor de un fraude que asciende a 4.900 millones de euros.

Ahora todas las investigaciones se centran en averiguar si Kerviel actuaba solo o si, por el contrario, contaba con otros apoyos dentro de la propia empresa. La Fiscalía mantiene que existen “riesgos de concertación con eventuales cómplices” y que debe evitarse la desaparición de pruebas mientras se aclara “el mecanismo completo del fraude”. Así mismo, es de vital importancia averiguar si el trader obtuvo “un beneficio financiero o personal”, pues ésta podría ser una de las claves para saber si actuó solo o movido por los intereses de alguna parte de la empresa. En estos momentos la investigación sigue la pista a un broker de la sociedad Fimat, filial de Société Générale, sospechoso de estar al tanto de los negocios de Kerviel. La ministra francesa de Economía y Finanzas, Christine Lagarde, ha presentado un informe en el que asegura que los controles internos del banco en cuestión “no funcionaron” tal y como deberían, motivo por el cual no se detectó el presunto fraude. Según la ministra, “algunos mecanismos de controles internos de Société Générale no funcionaron, y a los que funcionaron no siempre les siguieron las modificaciones apropiadas”. Sin duda, todo esto deja mucho que pensar: ¿por qué esta falta de control? ¿Por qué esta indiferencia? Mientras se resuelve el asunto, a Jèrôme Kerviel ya le han salido admiradores. Se ha convertido en una especie de héroe nacional, en el Robin Hood francés, el Che Guevara de las finanzas. Una empresa ha sabido sacarle jugo al tirón mediático del broker diseñando camisetas con mensajes como “Jérôme Kerviel es un genio”, “Cuando crezca quiero ser como Jérôme Kerviel” o “Soy la novia de Jérôme Kerviel”. Está visto que quien no se conforma es porque no quiere.