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RALLIES

Loëb arranca su camino hacia el pentacampeonato con gran autoridad

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes27-01-2008

Sébastien Loëb, al igual que otros grandes deportistas como Roger Federer o Michael Schumacher, lleva la victoria en las venas, como si de una enfermedad se tratase. Después de conseguir su cuarto título mundial, el francés ha dejado claro que será muy difícil impedir que sume el quinto. Su victoria en el rally de Montecarlo, favorecida por los problemas mecánicos de Daniel Sordo, supone el primer paso hacia un pentacampeonato que, de no cambiar las cosas, se antoja muy asequible.

La retirada de Marcus Grönholm ha dejado al Mundial de rallies huérfano de igualdad. Todas las apuestas apuntaban a un triunfo cómodo de Loëb al final de la temporada y el galo refrendó las previsiones con su primera victoria. El de Citroën logró su quinto triunfo en las carreteras de Montecarlo, prueba inaugural de la temporada. Si bien su superioridad se vio cuestionada en la primera etapa. El español Daniel Sordo, con una conducción de libro, presionó a su compañero de equipo sin piedad y peleó con él por la primera posición. Sin embargo, ya en esa jornada, el coche del cántabro sufrió problemas de transmisión y, al día siguiente, sus opciones se difuminaron al fallarle el motor. Sordo tuvo que abandonar. Se reenganchó al siguiente día, pero ya sin opciones, penalizado y en la duodécima posición. Al final, acabó undécimo. En tanto, los pilotos de Ford, los únicos con potencial para poner en apuros a Loëb ante la ausencia del español, rodaban bastante lejos. Mikko Hirvonen se conformaba con amarrar una buena posición por detrás de los Citroën, para poder empezar a recortar diferencias en la general en los rallies que le son más favorables, como el de Suecia, siguiente cita del campeonato. Mientras, Jari-Matti Latvala, el prometedor finlandés encargado de sustituir a Grönholm, se quedó sin opciones desde el comienzo: un pinchazo en los primeros kilómetros del rally le alejó de forma definitiva de la zona de puntos. Así pues, desde la segunda jornada, Loëb tuvo claro que, si no cometía ningún error, la primera victoria de la temporada sería suya. Por ello, se limito a evitar cualquier tipo de percance en los últimos tramos. Con todas las cartas vueltas en la lucha por el triunfo, la emoción se centró en la pugna por la tercera posición. Chris Atkinson fue el dueño de ese puesto desde el abandono de Sordo, pero Françoise Duval le acosaba desde atrás. El belga quería el podio y lo demostró en el tercer día. Duval ofreció una exhibición de agresividad y determinación para recortar, poco a poco, la diferencia que le separaba del australiano. Así, llegó al último tramo con sólo un segundo de desventaja, pero Atkinson supo defenderse y salvó su posición. Petter Solberg, compañero de equipo de Atkinson en Subaru, no rindió como se espera de un campeón del mundo y se tuvo que conformar con la quinta posición. Por detrás, Gianluigi Galli obtuvo la sexta plaza, premio a su regularidad durante toda la prueba. El séptimo lugar fue para un sorprendente Jean Marie Cuoq, que competía de forma independiente, con un Peugeot. El francés se lució ante su afición y logró un meritorio resultado. Por último, los Suzuki, que se estrenaban como equipo oficial en el Mundial, sufrieron varios problemas que les impidieron ser todo lo competitivos que deseaban. No obstante, su primer piloto, Per-Günnar Andersson demostró que el equipo tiene mimbres suficientes para no pasar desapercibido esta temporada. Pese a comenzar el segundo día muy retrasado, consiguió remontar poco a poco hasta finalizar octavo en el rally y sumar el primer punto para la marca japonesa.