HALLAZGO
La bula de Rodrigo de Borja aparece en Segovia
Por La Semana2 min
Cultura09-01-2008
Se trata de un documento de pequeño formato, con unas medidas de aproximadamente 15 centímetros de ancho por 17 de alto que, probablemente, fue impreso en Segovia, la misma provincia en la que un año antes, en 1472, Juan Parix reprodujo gracias al invento traído de Alemania Las actas del Sínodo de Aguilafuente, consideradas el primer texto impreso en España.
Ocultos casi al completo tras las cubiertas de dos incunables del Archivo de la Catedral de Segovia, un grupo de conservadores han hallado cinco ejemplares de la conocida como Bula de Rodrigo de Borja o Bula de Klemperer (1473). Unos documentos que, además de por el contenido atrayente, destacan por la importancia histórica de los mismos, ya que se trata de la primera bula impresa en España y la tercera reproducida en Europa por el invento que el alemán Johannes Gutenberg ideó hacia 1450. El hallazgo permite recuperar el texto mandado imprimir a instancias del cardenal Rodrigo de Borja, coincidiendo con la estancia en la Península del futuro Santo Padre Alejandro VI, desarrollando tareas diplomáticas en nombre del Papa Sixto IV, para recaudar fondos en Castilla para la lucha contra el imperio turco. Y es que los estragos ocasionados durante la Segunda Guerra Mundial en la biblioteca que tenía en la ciudad alemana de Dresde, Victor von Klemperer, poseedor del que se creía único ejemplar desde que el bibliófilo Konrad Haebler lo adquirió en 1925 para su colección, hicieron dar por perdido el texto en el que la Santa Sede concedía indulgencia plena, excepto de algunos pecados reservados, a los fieles que apoyaran a la cruzada mediante el desembolso de diversas cantidades. Ahora, el descubrimiento realizado por los conservadores del Archivo de la Catedral de Segovia permite recuperar cinco ejemplares de la Bula de Rodrigo de Borja, aunque, según confirmó el Obispado de Segovia, todavía se encuentran tapados casi en su totalidad por las cubiertas de los dos incunables en los que, probablemente, fueron reutilizados en el mismo siglo XV una vez que el contenido perdió vigencia en los que se encuentran. Por este motivo, hasta que los expertos no retiren el papel que los cubre, no será posible apreciar todo el texto. El contenido de la considerada como tercera bula impresa en Europa está redactado en castellano a una sola cara sobre pergamino con unos tipos góticos alemanes, cuyo uso no vuelve a acreditarse en la Península.