TECNOLOGÍA
Un nuevo GPS localiza con exactitud la ubicación de una persona
Por Silvia Álvarez-Buylla Martínez2 min
Comunicación14-01-2008
El siglo XXI se consolida como la era de la tecnología y el control. Cada día salen al mercado nuevos dispositivos que facilitan la vigilancia de personas, animales y objetos. El último es WorldTracker PLD un dispositivo de localización GPS para “tener siempre localizados a seres y objetos queridos”.
La empresa española Avanzit y la argentina Hawk comercializaron, hace un año, un nuevo GPS que permitía mediante la inserción de un chip en un móvil u en cualquier tipo de objeto tener localizado a un niño, un enfermo, un anciano, una maltratada, un animal o un objeto con un margen de error de un metro. Ahora, Precisión GPS acaba de lanzar WorldTracker PLD, un localizador personal que “es capaz de ofrecer la posición en tiempo real, cada 15 segundos, en cualquier parte del mundo” a través de un teléfono móvil o Internet. El nuevo GPS dispone también de un sistema de comunicación por voz a un número de teléfono previamente configurado por el usuario, el cual podrá llamar en caso de emergencia. Además, durante la llamada de voz, continuará realizando el seguimiento ininterrumpidamente, aún estando dentro de edificios y garajes. Las ventajas de este tipo de dispositivos son innumerables: facilitan la vida de enfermos con Alzheimer, de ciegos y de ancianos, impide el robo de animales u objetos, mantiene alejado a un maltratador de su víctima, etc. Sin embargo, también son innumerables los inconvenientes. Las desventajas son tres: el problema legal, el ético y moral y el robo de datos. El problema legal presenta más dudas en cuanto a uso en niños y adolescentes. Un menor de edad está bajo la tutela de un adulto y no puede negarse a que sus padres controlen sus movimientos. Sin embargo, si no hubiera una causa justificada podría ampararse en su derecho al menor porque los GPS limitan su libertad de movimiento y atentan contra la intimidad de las personas. La edad conflictiva es entre los 16 y 18 años. En este margen parece lógico pedirle al menor su consentimiento. Además, algunos de los dispositivos son un chip subcutáneo que se instala bajo la piel de las personas. Es posible que el chip se instale cuando el niño es muy pequeño y que desconozca su existencia a lo largo de su vida. En cuanto al problema moral o ético la duda que se plantea es si beneficioso controlar permanentemente los movimientos de las personas y hasta que punto no es favorable que el niño aprenda por sí sólo sin necesidad de que un adulto vigile cada paso que da. Además, entre la persona vigilada y el vigilante está la empresa que dispone de los datos de los ciudadanos y que, en cualquier, momento puede utilizarlos de manera perversa e ilegal. En este punto, también es necesario plantearse la posibilidad del robo de datos y la facilidad de que una compañía o empleado concreto elabore un perfil exacto de una persona que desconoce.