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TRABAJO

La precaria situación de los becarios

Por Laura M. ÁlvarezTiempo de lectura2 min
Economía25-11-2007

Los estudiantes universitarios compatibilizan en muchos casos sus estudios con becas para adquirir unos conocimientos prácticos en empresas como complementos de formación. Estas prácticas de becarios suponen unas cinco horas al día de trabajo y deberían ajustarse a los estudios del becado.

Los jóvenes acuden a las empresas para completar su formación antes de salir al mundo laboral, pero descubren que están realizando trabajos como cualquier otra persona con contrato, sin ningún derecho y desamparados ante la ley. Durante este periodo de prácticas que comprende entre seis y 12 meses, los becarios reciben en algunos casos una ayuda económica que, si tienen suerte, alcanza los 400 euros; en otros casos, se queda en el pago del abono de transporte. Jóvenes y prácticas en los centros de trabajo. Éste es el título del informe elaborado por Comisiones Obreras (CC.OO.) en el que el sindicato denuncia que cada año más de 200.000 jóvenes diplomados o licenciados trabajan en compañías privadas y en la Administración Pública sin derechos laborales, sin poder compatibilizar sus jornadas de trabajo de cinco horas con sus estudios y a cambio de compensaciones económicas que, en muchos casos, no superan los 300 euros. La secretaria de Juventud, Nuria Rico, y el secretario general de CC.OO., José María Hidalgo, han denunciado la situación laboral de los becarios. Estos jóvenes realizan jornadas completas e incluso turnos que no se pueden compaginar con sus estudios. CC.OO. calcula que el ahorro económico de estas empresas es de un 50 por ciento. Además, atomizan las relaciones laborales e imponen periodos de prueba de hasta un año sin la garantía de poder ser contratado por la empresa donde están llevando a cabo la beca. La secretaria de Juventud señala que las becas de formación “se deben ofrecer a los estudiantes y no a los titulados capacitados para acceder en igualdad de condiciones al mercado laboral”. Estas últimas “se ofrecen a jornada completa, son incompatibles con la formación de estudiantes y no comprometen a una contratación posterior”. El 20 por ciento de los jóvenes trabaja primero como becario como paso previo a un contrato, pero CC.OO. insiste en que muchas empresas usan a estos jóvenes para cubrir puestos por menos dinero y que desempeñan labores propias de un empleado más de la compañía, adquiriendo las mismas responsabilidades. La actual situación de los becarios los convierte en un colectivo “invisible” ante la “poca atención” que les presta el Gobierno, todo ello unido a la falta de estadísticas y registros que les lleva a estar en una situación de desamparo legal porque el actual marco normativo muestra una flexibilidad excesiva. Los becarios en algunas empresas suponen el 25 por ciento de la plantilla. Esto trae consigo un despilfarro del capital humano más cualificado, así como una forma precaria que reúne todos los factores posibles: inserción tardía, temporalidad, baja compensación económica, ausencia de derechos. Todo ello provoca que los jóvenes se sitúen como un colectivo vulnerable del que se abusa fácilmente.