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FÚTBOL

Inglaterra: tragedia nacional

Por Alejandro G. Nieto (R. UNIDO)Tiempo de lectura4 min
Deportes22-11-2007

Una de las palabras que más utilizan los ingleses, sobre todo en la costa oeste, es cheers. Su traducción literal es “salud”, pero se usa con decenas de significados distintos. Se dice cheers a alguien para desearle un buen día o buena suerte, para darle las gracias… en definitiva, para expresar un estado de satisfacción. Tras la eliminación de Inglaterra de la Eurocopa, cheers se oyó menos de lo habitual. Una nube de pesimismo sobrevuela el país tras una derrota contra Croacia que acarreará numerosas consecuencias, aunque no todas ellas malas.

Todo se empezó a torcer para Inglaterra cuando, en el segundo partido de calificación para Eurocopa, apenas fueron capaces de derrotar a Macedonia por 1-0. Las miradas se centraron en el técnico Steve McClaren por no atreverse a jugar con una defensa de tres hombres. Un conservadurismo que le llevó, en el partido siguiente, a cosechar la primera gran decepción para los ingleses: un empate en casa contra los macedonios. Una derrota contra Croacia y un nuevo empate con Israel acabaron de sembrar el pánico. Con todo en contra, los pross debían jugársela contra Rusia para obtener la segunda plaza del grupo E. Pero volvieron a fallar. Otra derrota los dejaba a un paso de quedarse fuera de la Eurocopa; necesitaban poco menos que un milagro y la suerte les sonrió cuando Israel doblegó a los rusos y dejó todo en manos inglesas. Pero, en el partido decisivo, cuando un empate les bastaba para clasificarse, Inglaterra cayó estrepitosamente y se quedó fuera de la Eurocopa por primera vez en 24 años. La prensa británica se cebó con los jugadores, pero sobre todo con el entrenador. “La pesadilla de Inglaterra”, titulaba The Daily Telegraph; “Croacia tres, Inglaterra fuera” (The Guardian); “El final del camino” (The Times)… Todos coincidían en acusar a los jugadores de demasiado bien pagados y poco motivados, y todos arremetían contra un técnico que consideraban demasiado joven y poco preparado para el cargo. “Vuelve Sven, todo está olvidado”, bromeaba un periodista del liberal The Independent, en referencia al posible regreso del anterior seleccionador, Sven-Göran Eriksson, actualmente en el banquillo del Manchester City. McClaren fue despedido de inmediato y nadie tuvo piedad. Se criticó su decisión de apartar a los veteranos David Beckham y Sol Campbell, sus tácticas poco ofensivas, su cambio de parecer al alinear a sólo tres defensas en el primer partido contra Croacia, su incapacidad para encontrar un medio del campo que funcionase –pese a la cantidad de buenos jugadores como Frank Lampard, Steven Gerrard, Gareth Barry, Owen Hargreaves,…– y su insistencia en alinear a Paul Robinson, un portero carente de confianza que cometió numerosos errores. Las consecuencias de la catástrofe Así pues, Inglaterra no estará en un gran campeonato por primera vez desde el Mundial de Estados Unidos, en 1994. Pero las pérdidas van mucho más allá de lo deportivo. Pubs, supermercados, compañías de televisión, pizzerías, fabricantes de camisetas… Todos dejarán de ganar millones de libras y ello hará que la economía del país se resienta. De hecho, al día siguiente de la eliminación, las acciones de Sports Direct, una empresa que vende material deportivo por Internet, caían un 15 por ciento. También sufrían un duro revés -un descenso del nueve por ciento- las acciones de Regent Inns, firma que posee la cadena de bares de deportes Walkabout. Las consecuencias las padecerá, especialmente, el equipo nacional. La Federación Inglesa (FA) dejaría de ingresar una cuantiosa cantidad en publicidad. Un dinero que le vendría de perlas después de un año en el que se ha completado la remodelación de Wembley –que ha costado casi 1.200 millones de euros–, en el que la facturación de la Federación a aumentado a 300 millones de euros y en el que la Premier League ha iniciado una lucha por los derechos de televisión que les podría hacer perder miles de millones en la próximas temporadas. Lo bueno de la eliminación Pese al pesimismo que impera en Inglaterra, hay quien aún ve razones para el optimismo. Un redactor de The Independent reflexionaba sobre las ventajas que acarrearía el no estar en Austria y Suiza durante el mes de junio. Para empezar, las compañías de viajes no verán reducida su actividad durante ese periodo, pues normalmente, cuando Inglaterra participa en un gran campeonato, los ingleses olvidan sus vacaciones y se quedan en casa. También se mantendrá la productividad en las fábricas, ya que nadie perderá horas de trabajo para seguir a la selección. Los cines, restaurantes y clubes se convertirán en un sustitutivo del pub, que normalmente acapara toda la clientela durante los Mundiales y Eurocopas. Hay, incluso, quien se atreve a señalar ventajas más rebuscadas: según algunos, las familias estarán más unidas al no sufrir la ausencia del padre que se va a ver el partido al bar y los hijos no se distraerán con el fútbol en su periodo de exámenes. En cualquier caso, la eliminación de la selección inglesa no ha dejado indiferente a nadie. Sus consecuencias se hacen notar en todos los aspectos de la vida diaria, y por ello la FA ya trabaja para que no vuelva a suceder. Lo primero será encontrar un entrenador, un puesto para el que ya han salido muchas novias.