MANIFESTACIONES
La muerte de Palomino enfrenta a los sectores ultras más radicales
Por Elena Gómez Fernández3 min
España17-11-2007
Carlos Palomino, militante antifascista, fue asesinado el pasado fin de semana en el metro de Legazpi en medio de una pelea originada en un vagón de la línea 3 del suburbano madrileño. El joven de 16 años murió asesinado por un simpatizante de la ultraderecha que acudía a una manifestación contra inmigrantes convocada por el partido Democracia Nacional. El agresor, Josué E. de la H., en prisión incondicional, es soldado profesional del Regimiento Inmemorial del Rey del Ejército de Tierra.
A raíz de este asesinato se están incrementando las convocatorias de manifestaciones de ultraderecha y ultraizquierda, por lo que se ha reabierto el debate en torno a la ilegalización de los partidos que las convocan. Además, la situación se agrava con motivo del aniversario de la muerte de Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera. Ante esta situación, que ya va mostrando sus consecuencias, se movilizó un fuerte dispositivo en Madrid por temor a enfrentamientos entre militantes de extrema derecha y antifascistas ante el aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco, cuyos seguidores se reunían este fin de semana en el Valle de los Caídos. Además, se celebraba también el sábado el partido de España- Suecia, de clasificación para la Eurocopa 2008, en el Estadio Santiago Bernabéu, encuentro calificado por las organizaciones deportivas de “alto riesgo”. También, a la misma hora del partido, las 22:00 horas, Barcelona se convirtió en una batalla campal con motivo de otra manifestación en la que siete personas fueron detenidas y 10 policías resultaron heridos. A estas manifestaciones se añaden otras en Zaragoza y Valladolid en protesta por el asesinato del joven de 16 años en Madrid. Ante estos hechos, el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, dijo el sábado que el Ejecutivo será "inflexible ante cualquier expresión de grupúsculos ultras o que practiquen la xenofobia". Por otro lado, el Partido Popular se sumó ayer a los colectivos que piden a la Delegación del Gobierno que prohíba cualquier manifestación de corte racista y, en particular, la marcha convocada por Alianza Nacional el próximo sábado en el centro de Madrid con el lema “La inmigración destruye tu futuro”. El portavoz parlamentario popular, Eduardo Zaplana, defendió que la Fiscalía “haga todo lo posible” para impedir esa marcha y abogó por ilegalizar a “todos los partidos que no respeten el sistema democrático y de convivencia”. “Si no se pudiera impedir la marcha, el Ministerio del Interior tiene que tomar todas las medidas, absolutamente todas, para que no se produzcan incidentes”, matizó. Zaplana anunció además que su grupo pedirá la comparecencia en el Congreso de Alfredo Pérez Rubalcaba para que explique las circunstancias del asesinato de Palomino y los incidentes del pasado fin de semana en Madrid. Pero aún así, la delegación del Gobierno en Madrid autorizó una marcha organizada por el partido de extrema derecha, Falange, que partió el sábado por la noche del centro de Madrid hacia el Valle de los Caídos. Con esta marcha se quiere conmemorar la muerte de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange y mentor ideológico de Franco, que también murió un 20 de noviembre, en 1936. El mausoleo franquista del Valle de los Caídos, que se encuentra a unos 50 kilómetros de Madrid, acogía este fin de semana varios actos de seguidores de Franco y de Primo de Rivera, que están enterrados allí. Estos actos dejarán de celebrarse en el Valle de los Caídos cuando entre en vigor la Ley de Memoria Histórica, que será adoptada a fines de año y que entre otras medidas para rehabilitar a las víctimas de la Guerra Civil (1936-39) y del Franquismo (1939-75) prohibirá las manifestaciones políticas en esta basílica subterránea.