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FRANCIA

Merkel y Sarkozy muestran su buena relación en Berlín

Por Carmen Benítez HerreroTiempo de lectura1 min
Internacional18-11-2007

Nicolas Sarkozy mostró en el Parlamento Europeo su negativa a que Turquía entre en la Unión Europea, además ofreció la visión que tiene de la UE en estos momentos. Junto con la canciller alemana, Angela Merkel, en la cumbre ministerial, dialogaron sobre los problemas de la inmigración y sobre el programa nuclear de Irán.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, subrayó la necesidad de una fuerte política común de defensa para la Unión Europea, que junto a la modernización de la OTAN será una prioridad de la próxima Presidencia francesa de la UE. “¿Cómo puede Europa tener influencia política en el mundo y ser un factor de paz y estabilidad, si no puede ocuparse de su propia defensa?”, se preguntó Sarkozy ante los diputados europeos. Sarkozy presentó su visión de Europa antes de que Francia asuma la Presidencia rotativa del bloque en el segundo semestre de 2008. También ha insistido en su oposición al ingreso de Turquía en la Unión Europea y recordó su preferencia por dar a ese país un estatuto de asociación privilegiada. Sarkozy también fue protagonista de la cumbre ministerial, que se celebra de forma alternativa en Francia y Alemania cada seis meses, cuyo tema principal era la emigración. Para dar un toque de cercanía a los ciudadanos, Merkel y Sarkozy visitaron un instituto franco-alemán y durante casi una hora respondieron a las preguntas de los alumnos. Sarkozy expuso con claridad su punto de vista: “Si no tenemos el coraje de controlar los flujos migratorios no se conseguirá la integración porque nuestros sistemas sociales explotarán”. “La integración de los extranjeros que viven en nuestros países y la inmigración ilegal es una cuestión que nos afecta a todos y ha de ser tratada desde todos los ámbitos, incluido el europeo”, dijo Sarkozy tras el consejo de ministros franco-alemán celebrado en Berlín, el primero de la era Sarkozy. En éste, también acordaron incluir nuevas sanciones y el diálogo, como el mejor camino para impedir que Irán siga adelante con su polémico programa nuclear.