Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

CUMBRE IBEROAMERICANA

El Rey manda callar a Hugo Chávez por sus insultos a Aznar

Por Antonio PérezTiempo de lectura3 min
España11-11-2007

Sin apenas tiempo para digerir la liberación de los españoles retenidos en el Chad e implicados en el secuestro de menores en ese país, la diplomacia española acaba de abrir otro frente después de que Juan Carlos I se enfrentara al presidente venezolano, que había tildado de “fascista” al ex presidente del Gobierno, y mientras Rodríguez Zapatero exigía "respeto" para su antecesor.

“¿Por qué no te callas?”, llegó a espetar el Jefe del Estado español al dirigente venezolano después de que éste interrumpiera en reiteradas ocasiones al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El líder del PSOE había pedido la palabra en la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana para exigir a Chávez “respeto” hacia el ex presidente del Gobierno y presidente de honor del PP, José María Aznar, al que el presidente de Venezuela había tildado de “fascista” en varias ocasiones durante la celebración de la cumbre en Santiago de Chile. Ante la negativa de Chávez -que pidió expresar libremente su opinión, se negó a retractarse de sus calificativos hacia Aznar al tiempo que impedía a Zapatero finalizar su petición-, el Rey se levantó y, apuntando con el dedo al venezolano, le mandó callar en un tono visiblemente molesto. La gota que colmó el vaso llegó poco después del incidente, cuando el monarca abandonó la sala para mostrar el descontento de la delegación española mientras el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, defendía a Chávez y atacaba a la empresa española Unión Fenosa. “No seré yo el que esté cerca del ex presidente Aznar”, pero éste “fue elegido por los españoles, por lo que exijo respeto”, afirmó Zapatero antes de que Juan Carlos I increpase a Chávez, que pidió a Zapatero que exigiera respeto para él por parte de Aznar, al que volvió a calificar como “fascista” y le acusó también de haber respaldado el intento de golpe de estado contra el gobierno venezolano en 2002. “Para respetar y ser respetado, debemos procurar no caer en la descalificación”, concluyó Zapatero, a lo que Chávez respondió con que su gobierno “se reserva el derecho a responder a cualquier agresión, en cualquier lugar, en cualquier espacio y en cualquier tono”. Después del desencuentro entre ambos mandatarios y una vez clausurada la cumbre internacional, Rodríguez Zapatero expresó su deseo de que no fuera “la última vez” que sucedía algo parecido, ya que es “absolutamente inapropiado” en un foro democrático como la Cumbre Iberoamericana. Una vez conocido el incidente, Aznar llamó por teléfono tanto al Rey como a Zapatero para mostrar su agradecimiento. Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, destacó el papel del monarca y consideró adecuada la respuesta del presidente español, aunque criticó su política internacional y manifestó que el suceso había estado originado por las “amistades peligrosas” que, a su juicio, ha cultivado el Ejecutivo socialista en los últimos años. Chávez afirmó que Juan Carlos I “será rey, pero no puede hacerme callar” El presidente venezolano analizó el encontronazo y subrayó que Juan Carlos I “será rey, pero no puede hacerme callar” porque “es tan jefe de Estado como yo, con la diferencia de que he sido electo tres veces”. Chávez ha asegurado también que ningún jefe de Estado “puede estar haciendo callar a otro” y, en la misma línea, ha añadido que es igual de jefe de Estado el presidente de Bolivia, Evo Morales, que el monarca español. Rodríguez Zapatero se refirió de nuevo al enfrentamiento verbal con Chávez y destacó que, cuando alguien ataca o descalifica “a un compatriota”, se debe “salir a defenderlo aunque sea un rival o un adversario”, aunque resaltó que las relaciones entre España y Venezuela no se verán afectadas en el futuro, ya que, a su juicio, ambos países se profesan un “afecto mutuo”. Lejos de dar por zanjado la discusión, Hugo Chávez volvió a examinar el incidente después para preguntarle al rey español si estaba al corriente del golpe de estado en Venezuela durante 2002 que privó a Chávez del poder durante unos días. Además, durante la cumbre el dirigente venezolano había acusado a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) de haber participado en la intentona golpista, algo que fue considerado como “disparates” por el presidente de la entidad, Gerardo Díaz.