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TERRORISMO

Garzón procesa a 22 islamistas y la Policía detiene a otros seis en Burgos

Por Elena Gómez FernándezTiempo de lectura2 min
España25-10-2007

La actuación policial y judicial ha golpeado a las redes de terroristas islamistas que pretenden asentarse en España. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón procesó a 22 personas acusadas de integrar o colaborar con una organización terrorista de carácter islamista.

Para el magistrado, los procesados formaban parte de una célula vinculada con el Grupo Islámico Combatiente Marroquí, GICM, que enviaba muyahidines a Iraq. El responsable de la célula es Abdeladim Akoudad, Nadufel, actualmente preso en Marruecos por su relación con el atentado de Casablanca. Fue detenido en octubre de 2003 en Badalona, Barcelona, y también se le hace responsable de pertenecer a una célula terrorista radicada en Holanda a uno de cuyos miembros, Mohammed Bouyeri, se considera autor del asesinato del cineasta Theo Van Goh. Garzón considera que Nadufel es el coordinador del GICM en Europa. Los objetivos de la célula, desarticulada en tres distintas operaciones policiales, se centraban en conseguir la entrada en Irak para integrarse en las filas de Abu Musab Al Zarkawi, representante de Al Qaeda en este país, y cometer allí atentados terroristas. Asimismo, también en Burgos fueron detenidos otros seis presuntos islamistas acusados de colaborar en Internet para captar muyaidines que participaran en la yihad o Guerra Santa. Las pesquisas de los especialistas del instituto armado se centran en conocer los contactos que el grupo que lideraba el emir argelino Abdelkader Ayachine tenía con las células salafistas en el Magreb y, en particular, con el Grupo Islamista Combatiente Marroquí (GICM), autor de los atentados de mayo del 2003 en Casablanca. Aychine, mantenía relaciones con uno de los autores intelectuales de la masacre, Bouchaib Magheder, encarcelado en Marruecos. Además, formaban, presuntamente, un grupo organizado y estable de apoyo a terroristas islamistas. Ayachine y su lugarteniente, el marroquí Wissan Lofti, utilizaban este comercio para contactar con inmigrantes argelinos de Burgos, a los que reclamaba el zacat (limosna islámica), que luego desviaba a las cárceles marroquíes y grupos yihadistas de ese país. Según Interior, esta célula se dedicaba también a otras labores ilegales: los detenidos mantenían reuniones clandestinas en las que “hacían proselitismo extremista y apología del terrorismo mediante la exaltación de las acciones y de líderes yihadistas; adquirían, copiaban y distribuían propaganda islamista radical; y, sobre todo, hacían trabajo de captación y adoctrinamiento en internet para mandar adeptos a Afganistán e Iraq. El reclutamiento de mártires y la captación de fondos se hacían a través de foros y chats restringidos de internet.