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FÚTBOL

Reconocen al Levante como campeón oficial de la Copa de 1937

Por Álvaro HeraltaTiempo de lectura3 min
Deportes27-09-2007

El 18 de julio de 1937 es una fecha que pocos aficionados al fútbol recordarán. Entre esos pocos se encuentran los hinchas del Levante, puesto que ese día, durante la Guerra Civil, consiguieron el único título que poseen hasta la fecha en sus vitrinas: la Copa de España Libre. Setenta años después, tras muchas disputas, el Congreso de los Diputados ha reconocido la oficialidad del trofeo.

La Comisión de Educación y Cultura del Congreso de los Diputados aprobó, ante la unanimidad de todos los grupos parlamentarios, una proposición no de ley para que sea reconocida la Copa de España Libre de 1937, conquistada por el Levante durante la Guerra Civil, como una competición de carácter oficial. La iniciativa parlamentaria fue presentada por el grupo Izquierda Verde-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya y apoyada por el Partido Popular y el Partido Socialista debido a que la Federación Española de Fútbol siempre la rechazó como competición de índole nacional. Durante la Guerra Civil, 1937-1939, la Liga se suspendió por tres temporadas, pero ello no impidió que algunos equipos disputaran giras en el extranjero u organizarán torneos entre ellos. El más importante que se celebró durante esas fechas fue la Liga del Mediterráneo, compuesta por cuatro equipos procedentes del Campionant de Catalunya y otros tantos del Campeonato de Levante. En un principio, la competición la iban a disputar 12 conjuntos, seis por cada uno de los campeonatos anteriormente mencionados, pero el Hércules, Murcia y Cartagena se retiraron por la parte levantina debido a que sus ciudades fueron bombardeadas. Por la zona catalana Sabadel y Badalona renunciaron a jugar. Finalmente las escuadras que iniciaron el torneo fueron Barcelona, Espanyol, Girona, Valencia, Levante, Gimnástico, Granollers y Athletic Castellón, éste último, inscrito para completar los ocho equipos. Al finalizar la competición los cuatro primeros clasificados pasaban a disputar la Copa de España Libre. El Barcelona, campeón de la Liga Mediterránea, renunció a jugarla debido a que prefirió realizar una gira por México y los Estados Unidos con el objetivo de aumentar su prestigio internacional y ganar dinero para los republicanos. Por ello, la organización de la Copa permitió la participación del Levante, quinto clasificado. Los azulgranas obtuvieron el pase para la final junto al Valencia después de superar en una liguilla a Espanyol y Girona. La gran final se disputó en el estadio de Sarriá, en Barcelona, el 18 de julio de 1937 y el Levante se impuso por 1-0. El triunfo tuvo gran mérito, puesto que algunos jugadores del campeón, como Salvador Artigas y Agustín Dolz, participaron en la guerra y acudieron desde el frente a jugar. El fútbol durante la Guerra Civil Otros jugadores de la época corrieron mejor “suerte”, como Jacinto Quincoces. El futbolista del Real Madrid se pasó la mayor parte de la batalla conduciendo una ambulancia enchufado por el seleccionador, Amadeo García Salazar, que era médico. El equipo más perjudicado por el conflicto bélico fue el Real Oviedo. Los carbayones perdieron al mejor jugador de su historia, Isidro Lángara. El cual había anotado 281 goles en los 220 partidos oficiales que disputó con la camiseta azul y tuvo que exiliarse en América debido a su condición de republicano. Además, su estadio de Buenavista quedó arrasado porque en él se excavaron trincheras. Esta última razón provocó que el equipo asturiano pidiera a la Federación no jugar en Primera la temporada 39-40, en la que se reanudó el campeonato, y que guardara su plaza para la siguiente campaña. El Athletic-Aviación Club, Atlético de Madrid en la actualidad, le sustituyó tras ganar en Mestalla por 3-1 a Osasuna en el partido por ver quién se quedaba con el puesto vacante. La Real Sociedad fue otro de los que lo pasó mal y estuvo cerca de desaparecer. Durante la contienda fueron muchos los conjuntos que se fueron al extranjero de gira. Destacó entre ellos la selección vasca, que bajo el nombre de Euskadi, recorrió Europa y América, donde dio un gran espectáculo bajo las órdenes de Pedro Vallana. Por el contrario, uno de las escuadras que no disputó ningún partido en esta época fue el Real Madrid. La guerra provocó nueve bajas en la plantilla del conjunto capitalino que, además, tuvo en Carlos Alonso a su particular salvador. El futbolista fue el que custodió el campo de Chamartín durante la Guerra Civil, salvaguardando así el patrimonio del equipo. Los blancos reaparecieron el 1 de octubre de 1939, fiesta de la Exaltación del Caudillo de la Jefatura del Estado, en Valladolid, ganando por 1-2 en un torneo regional.