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TOROS

José Tomás cierra la temporada de su retorno

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos23-09-2007

Barcelona fue la ciudad elegida para comenzar su nueva etapa y también ha sido el lugar donde ha puesto el colofón a esta peculiar temporada. José Tomás eligió la Ciudad Condal para dar testimonio al movimiento antitaurino de que la Fiesta de los toros está muy viva en Cataluña.

Entre una y otra cita -el 17 de junio y el 23 de septiembre- el torero de Galapagar ha puesto al rojo vivo el escalafón de matadores, que han encontrado en Tomás el contrincante a batir; ha devuelto la ilusión a los aficionados de corte purista y artista; y ha popularizado el mito del héroe vestido de luces que ilusiona, emociona y llena las plazas. El último llenazo, el pasado domigno, coincidió con la despedida de los ruedos españoles del torero colombiano César Rincón. El César pudo decir adiós a la afición europea con una salida en hombros de la monumental catalana, después de lograr tres orejas fruto de actuaciones emocionantes y vibrantes. Le acompañó en el triunfo -contra pronóstico de los hipnotizados por la tomatitis- un torero catalán, el joven Serafín Marín, espada que ya triunfó otras tardes en la Monumental de Barcelona. En esta comparecencia también anduvo valiente y se gustó ante sus paisanos, lo que le hizo conseguir dos orejas. José Tomás, a quien todo el mundo fue a ver triunfar, se topó con su repetido marrar con la espada -escuchó avisos-, por lo que el respetable se tuvo que conformar con verle dar dos vueltas al ruedo. El fenómeno de José Tomás, más allá de la campaña de marketing que ha logrado colgar el cartel de "No hay billetes" en todas las actuaciones de su tournee, ha conseguido que los toros sean noticia, más aún, que sean una buena noticia, una noticia en positivo, sin signo político, sin clase social, que atrae al pueblo y a la élite, a las gentes del campo y a los artistas. Todo ello supera, y habrá que reconocerlo, a algunos pequeños peros que ha tenido este retorno de Tomás a los ruedos: la ligereza con que se concedieron algunas orejas, el elogio exagerado de su triunfal y breve temporada, la casi ignorancia de otros toreros que han realizado faenas importantes -de lo que todo somos responsables-, la exclusión de paseíllos en plazas de responsabilidad... Errores que en 2008 le retan para mantener el cetro del toreo y a los aficionados en creer que la de los toros es la Fiesta más bonita del mundo.