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EDUCACIÓN

España tiene el tercer índice más alto de fracaso escolar de la UE

Por Esteban del PozoTiempo de lectura2 min
Sociedad15-09-2007

Muchas han sido las disputas entre los dos partidos mayoritarios y pocos los acuerdos llevados a cabo. Primero fue la LOGSE (Ley de Ordenación General del Sistema Educativo), después el intento frustrado de la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza), y ahora la LOE (Ley Orgánica de Enseñanza). Todo esto en escasos quince años.

Pero con un único predominante durante este tiempo, el aumento del fracaso escolar, más violencia en las aulas por la pérdida de autoridad de los profesores y una considerable rebaja en los contenidos educativos. Por resaltar algo positivo se puede señalar que los colegios han abierto las puertas a todos los niños y que el índice de analfabetismo en la población es casi inexistente. Siendo Felipe González presidente del Gobierno y Alfredo Pérez Rubalcaba ministro de Educación, se puso en marcha la LOGSE. Se trataba de reducir el número de cursos de bachillerato y primaria para establecer una eduación secundaria más longeva para mantener a los niños hasta los 16 años en el colegio (antes era hasta los catorce). Según la OCDE, en España la tasa de fracaso escolar supera el 30 por ciento frente al 17 por ciento que presenta la media de países europeos, y sólo el 61,8 por ciento de los jóvenes acaban la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) cinco puntos menos que hace cuatro años. Aún así, existe un alto porcentaje de repetidores (casi uno de cada tres alumnos lo ha hecho al menos una vez), lo que no es beneficioso porque no está demostrado que al alumno le permita recuperar el retraso. Una vez superada la secundaria y el bachiller, la mayoría de los jóvenes deciden acceder a las universidades. El número de universitarios es de los más altos que ha tenido España en su historia. Sin embargo, según expertos sociólogos como Amando de Miguel, "este no es un dato del todo positivo, por que una masificación de la universidad puede llevar a una bajada del nivel en las clases". Despúes del Gobierno de González, en la segunda legislatura del PP, se propuso cambiar la enseñanza con la inclusión de un examen al final para obtener el título y un reforzamiento de las asignaturas de carácter humanista. El proyecto quedó en papel mojado con la vuelta al Gobierno de los socialistas, que esta vez de la mano de Zapatero quiere dar una vuelta de tuerca a la educación tanto en secundaria como en bachillerato. La inclusión de la asignatura Educación para la Ciudadanía y el poder pasar de curso con mayor número de materias suspensas son sus novedades.