LIBIA

Europa recompensa a Trípoli por la liberación de las enfermeras búlgaras

Por Berta Pardal1 min

Internacional29-07-2007

Acusados de haber contagiado el VIH a casi 500 niños, cinco enfermeras búlgaras y un médico palestino han estado detenidos durante más de ocho años en Libia. Los presos han mantenido que eran inocentes y que habían sido torturados para confesar su culpabilidad. La semana pasada, la máxima instancia judicial libia cambiaba a cadena perpetua la pena de muerte a la que se enfrentaban y Bulgaria inició un proceso de extradición para facilitar el retorno de los acusados, a los cuales una vez en Sofía, el presidente del país les indultó de todas sus penas.

La extradición de los acusados fue posible gracias a los avances de la UE y las autoridades francesas en las negociaciones con Libia. Por su parte, el primer ministro libio, Mahmudi Baghdadi, acusa a Bulgaria de haber "violado el derecho internacional" y añade que esperaba que las enfermeras y el médico cumplieran sus condenas "según el procedimiento legal en materia de extradición". Por otro lado, expertos occidentales insisten en que el contagio se debió a las malas condiciones sanitarias del hospital y que se produjo antes de la llegada de los sanitarios al centro. La Comisión Europea puso sobre la mesa con esta intermediación el proyecto que posibilitará normalizar las relaciones con Libia. Así lo anunciaba la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, después de asistir a la liberación de los cooperantes búlgaros condenados en Libia. Los compromisos adoptados por la UE para con Libia comenzarán con la responsabilidad de abrir un fondo "de carácter voluntario" para rembolsar los casi 500 millones de dólares que las autoridades libias han pagado a las familias de los niños enfermos. Asimismo, la UE premiará a Libia con la apertura a sus exportaciones, la facilitación de visados, la cooperación contra la inmigración ilegal, la vigilancia de fronteras y la arqueología. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, se desplazaba a Trípoli para reunirse con el líder libio Muamar Gadafi. El objetivo del viaje se basaba en expresar la normalización de las relaciones entre Libia y Europa; "un desplazamiento político para ayudar a Libia a reintegrarse en el concierto de las naciones", como expresaba