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TOROS

Fuente Ymbro, Cortés y El Cid, los mejores de San Fermín

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Espectáculos15-07-2007

Los letreros luminosos de la plaza ya anunciaban "San Fermín 2008" cuando aún no había caído herido de muerte el último toro de la feria. Era un ejemplar de Victorino Martín, que como sus hermanos defraudó en el festejo que hizo fin de fiesta el pasado 14 de julio. Por la mañana, los astados del ganadero de Galapagar protagonizaron un encierro rápido y limpio.

Si hay una conclusión de la feria de San Fermín es que en el encierro y en la lidia, salvo excepcionoes, los toros se comportan de forma muy diferente. Si los mozos pudieron despedirse con brillantes carreras el día 14 -pero luego no facilitaron el lucimiento a los toreros por la tarde-, dos días antes los astados del Marqués de Domecq se lo pusieron difícil a quienes madrugaron para correr el encierro. Las asistencias sanitarias contaron hasta siete heridos por asta de toro, dos de ellos de gravedad. Pero, los verdaderos protagonistas en positivo, según la Casa de Misericordia de Pamplona, han sido este año los toros de Fuente Ymbro, ganadería que ha sido merecedora del trofeo Feria del Toro 2007 a la mejor corrida en conjunto. Antonio Ferrera, Matías Tejela y Salvador Cortés lidiaron seis ejemplares de este hierro el día 9 de julio. Precisamente ha sido Salvador Cortés uno de los dos grandes triunfadores junto a Manuel Jesús El Cid, que sumaron tres trofeos cada uno en este serial. En el apartado de quienes se visten de luces también es de destacar Sebastián Castella que, aunque no remató con la espada su paso por Pamplona, puso de acuerdo el sol y la sombra del coso navarro. La Casa de la Misericordia, asimismo, ha querido destacar con el trofeo Carriquiri 2007 al toro más bravo, que según el jurado ha sido "Segador", de Cebada Gago, lidiado por Juan Bautista en quinto lugar al día siguiente, día 10. Mientras la Casa de la Misericordia hacía públicos estos reconocimientos, los pamplonicas y visitantes recogían compungidos el pañuelo para entonar el pobre de mi, un cántico que se tornará de nuevo en alegría con el chupinazo de 2008.