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ATLETISMO

Roma fue la ¬ciudad maldita¬ para Pitkämäki

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura2 min
Deportes15-07-2007

La jabalina de Tero Pitkämäki atravesó una nube negra en la Golden Gala de Roma. El finlandés finalizó la tercera cita de la Liga de Oro apesadumbrado, por haber perdido sus opciones de ganar el millón de dólares, pero sobre todo por haber herido, accidentalmente, al saltador de longitud Salim Sdiri en un lanzamiento que se le desvió. Incidentes aparte, el resto de aspirantes al bote de la Golden League vencieron.

Pitkämäki llegaba a Roma con la intención de consolidar su candidatura a conquistar el jackpot (premio de un millón de dólares que se otorga a quien gane las seis pruebas de la Liga de Oro). Sin embargo, todo se le torció cuando, en un mal lanzamiento, su jabalina fue a parar al costado de Sdiri, que calentaba para la prueba de longitud. Por fortuna, el saltador francés sólo sufrió heridas en el músculo dorsal, sin mayor peligro para su salud. Pero Pitkämäki, moralmente afectado, ya no pudo levantar cabeza. El noruego Andreas Thorkildsen le superó con un lanzamiento de 88,36 metros y le privó de lograr su tercera victoria en la Golden League. Mejor soplaron los vientos para Asafa Powell que, tras haberse perdido la anterior reunión por una leve lesión, se resarció logrando la segunda mejor marca del año en los 100 metros. El plusmarquista mundial del hectómetro detuvo el crono en 9”90 y derrotó al bahameño Derrick Atkins (10”02) quien, curiosamente, es un primo lejano suyo. En féminas, la estadounidense Torri Edwars volvió a demostrar su buen estado de forma y se coronó como la más veloz, con un tiempo de 11”03, por delante de su compatriota Me’Lisa Barber y la búlgara Tezzhan Naimova. Con Pitkämäki fuera de la lucha, sólo restan tres candidatas al premio del millón de dólares. Las tres, además, exhibieron su dominio en Roma. La estadounidense Sanya Richards volvió a arrasar en los 400 metros, con una marca de 49”77. Su compatriota Michelle Perry logró la mejor marca mundial del año (12”44) para imponerse con autoridad en los 100 metros vallas. Y, la tercera en discordia, la pertiguista rusa Yelena Isinbayeva, venció sin problemas con un salto de 4,90 metros, aunque nuevamente falló en sus tres intentos de batir el récord del mundo, con el listón en 5,02. Mientras los espectadores disfrutaban con la elegancia, la elasticidad y la calidad de la rusa, en la pista, los hombres del 1.500 también ofrecían espectáculo. El marroquí Adil Kaouch se adjudicó la victoria en una emocionante carrera en la que los tres primeros lograron su mejor marca de la temporada: Kaouch entró en 3’30”77, el argelino Tarek Boukensa le siguió con 3’30”92 y el keniata Shadrack Korir fue tercero con 3’31”18. En las demás pruebas apenas hubo sorpresas. El estadounidense Anwar Moore y el cubano Dayron Robles se confirmaron como serias alternativas a los vallistas de renombre en los últimos años –Allen Johnson, Liu Xiang y Ladji Doucouré– al dominar la prueba de 110 metros vallas. Ganó Moore con un tiempo de 13”16, una centésima mejor que Robles. El triple salto se lo adjudicó el sueco Chritian Olsson, con un mejor intento de 17,19 metros. Mientras, en el salto de altura, Blanka Vlasic, al superar los 2,02, se elevó más que todas sus rivales. La sueca Kajsa Bergquvist fue segunda, con 2,00, y la española Ruth Beitia logró una meritoria tercera posición al saltar 1,98.