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TRADICIÓN

El Botafumeiro vuelve a lucir en la catedral de Santiago

Por María AyudaTiempo de lectura1 min
Cultura15-07-2007

Había gran expectación entre los vecinos y visitantes por volver a ver el incensario colgar entre los muros del santuario compostelano después de dos meses de ausencia, en los que la catedral tuvo que sobrevivir sin la presencia del célebre botafumeiro, que se ha convertido ya en todo un símbolo compostelano.

Se entiende así que su colocación trajera tanta expectación. En el interior del templo se congregaban devotos y curiosos para contemplar tan celebrado acontecimiento. El incensario había sido retirado porque la cuerda que lo sujetaba estaba deteriorada. Los tiraboileros, encargados de manejar el botafumeiro, han procedido a colgar el incensario con la nueva cuerda, que ha sido donada por la empresa alicantina Cabos y Redes, cuyo dueño es un peregrino. La soga, que mide 65 metros y pesa 90 kilogramos, se ha puesto a prueba estos días con un peso de plomo de alrededor de 200 kilos. No en vano, el butafumeiro alcanza hasta los 25 metros de altura y una velocidad de 70 kilómetros a la hora en su trayectoria semicircular. Celebración por el regreso de este curioso instrumento, que si bien ahora tiene un sentido más litúrgico, en sus orígenes, tenía una razón de ser mucho más práctica. La higiene fue el motivo principal de su surgimiento, pues comenzó a utilizarse para eliminar el olor de los peregrinos que llegaban a la catedral.