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FÚTBOL

Brasil: el peso de la ¬verdeamarela¬

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Deportes15-07-2007

Brasil celebró por todo lo alto el triunfo en el clásico contra Argentina, su gran rival. Pero a pesar de alzarse con la Copa América, la selección sigue suscitando dudas. Tras el fiasco en el Mundial de Alemania, Carlos Caetano Bledorn, Dunga, llegó con la misión de recuperar el jogo bonito que demanda la tradición de las grandes figuras que vistieron la elástica de la canarinha y de enmendar la plana al cuadriculado Carlos Alberto Parreira. Tras una preparación muy irregular y un pésimo estreno, al menos, el conjunto brasileño consiguió pulir sus defectos y encontrar las gotas de clase de jugadores como Robinho de Souza, Julio Baptista y Daniel Alves.

Dunga trató de solventar los problemas de un equipo falto de conjunción, pero en sus partidos de preparación le faltó continuidad y los resultados, muy discretos, hicieron que su trabajo fuese evaluado poco menos que como dar palos de ciego, ya que Dunga debutaba en los banquillos con la selección brasileña. Las ausencias de los dos jugadores de mayor prestigio, Ronaldinho de Assis y Ricardo Izecson, Kaká, hicieron más palpable si cabe el vacío de talento. Así pues, el técnico decidió apostar por una columna vertebral firme, que no siempre talentosa. El papel de los centrales Alex Dias y Juan Silveira en la defensa, del duro Gilberto Silva en el medio campo –el puesto que Dunga ocupó en la selección que jugó los Mundiales de 1994 y 1998– y del zurdo Robinho en el ataque fue casi inamovible. La portería, sin el veterano guardameta Nelson de Jesus, Dida –entre otras consignas, Dunga tenía el encargo de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) de rejuvenecer la base de la selección–, correspondió al cancerbero Donieber Marangão, Doni, un meta tan ágil para repeler remates como nervioso y errático en las salidas, que dieron más de un susto. El media punta Diego Ribas empezó de titular, pero pagó los platos rotos de la derrota contra México y el pobre triunfo contra Ecuador en la primera fase, y su puesto fue ocupado con mayor acierto por Julio Baptista, guardando la espalda a un delantero trabajador, pero con poco olfato de gol, como Vagner Love. En el medio campo, destacó el derroche físico de los volantes Josué de Oliveira, Elano Blumer y Carlos Luciano da Silva, Mineiro, tres jugadores sin una proyección ofensiva que correspondió a los laterales, especialmente por la banda derecha, merced a las incorporaciones de Maicon Douglas y de su suplente, Alves, que consiguieron marcar contra Uruguay y Argentina respectivamente.