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ETA

Las policías de Francia y España asestan un duro golpe a la banda

Por Elena Gómez FernándezTiempo de lectura4 min
España14-07-2007

La organización terrorista ETA sigue sufriendo duros golpes en su estructura desde que anunciara su ruptura del alto el fuego.En una semana ha perdido a ocho activistas por la actuación de las policías francesa y española, ya que varios de los detenidos estaban dispuestos a cometer atentados inminentes en España.

La Policía Judicial francesa detuvo el lunes en un control a dos presuntos integrantes de la organización terrorista, armados con una pistola y un revólver. Fuentes de la lucha antiterrorista sitúan a uno de ellos, Iker Mendizabal Cubas, en el aparato de abastecimiento de armas y explosivos para ETA. El otro arrestado es José Juan García González. Los dos presuntos miembros de ETA, armados con pistolas, fueron arrestados por la Policía Judicial francesa en Angulema, Francia. Iker Mendizabal Cubas, es un terrorista huido desde agosto de 2001, y José Juan García González, Gogoan, está relacionado con el antiguo comando Vizcaya. Por otra parte, otro etarra, Aritz Arginzoniz, fue detenido en Santander. Arginzoniz formaba parte de un comando que se disponía a cometer un atentado de forma inminente en Santander. Al parecer, el terrorista arrestado y su novia, la también miembro de ETA Saioa Sánchez y a la que se busca en Cantabria, estaban a la espera de recibir explosivos, al parecer un coche bomba, con el que perpetrar el ataque. Alrededor de la una de la tarde, varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía que custodiaban la estación de autobuses de Santander observaron a un joven vestido con pantalones vaqueros y un polo rojo que, con gestos nerviosos, cambiaba de banco cada poco tiempo. Tras observarle durante unos minutos, los agentes se acercaron a él, le pidieron la documentación y le condujeron a una pequeña habitación situada en el edificio. Allí comenzaron a preguntarle por qué se encontraba en la estación y a quién esperaba. En un primer momento el sospechoso ofreció una respuesta coherente pero, a medida que avanzaba el interrogatorio, el propio activista se hundió y reconoció que era un miembro de ETA. El joven fue detenido entonces sin que opusiera ningún tipo de resistencia. Los policías comprobaron que el etarra había dejado una mochila en la consigna de la estación, por lo que procedieron también a evacuar el edificio ante la posibilidad de que contuviera explosivos. Los cuerpos especiales abrieron el paquete y encontraron una pistola con una bala en la recámara, un temporizador y abundante documentación. Al examinar las imágenes obtenidas por las cámaras de seguridad, los policías descubrieron que podría haber estado acompañado por una mujer durante algunos instantes. Los agentes comprobaron entonces que el arrestado era Aritz Arginzoniz Zubiaurre, un miembro de ETA que se encontraba huido desde diciembre, cuando se descubrió en Amorebieta un zulo con cerca de 200 kilos de explosivo. En aquella ocasión se le perdió la pista junto con su novia, Saioa Sánchez. Ambos habían formado parte hasta diciembre de 2006 de un comando de la banda que operaba en Vizcaya y al que se le imputan varios atentados con explosivos cometidos antes de la tregua. Txeroki A lo largo de la semana hemos podido asistir al seguimiento de este terrorista, y su situación actual, según ha dictado el juez Baltasar Garzón tras su declaración en la Audiencia Nacional, es de prisión incondicional por tenencia de armas, explosivos y por intentar atentar contra el Ayuntamiento de Santander. El magistrado ha ordenado, además, la detención de dos terroristas más y la del jefe de los comandos etarras, Txeroki. La caída de Arginzoniz, esta semana en Santander, ha evitado un atentado inminente contra el ayuntamiento de la capital cántabra. Según el auto del juez Garzón, la acción terrorista comenzó a prepararse el pasado 29 de junio en la localidad francesa de Garazi. El jefe del aparato militar de ETA, Garokoiz Azpiazu, alias Txeroki se reunió con Aritz Arginzoniz, su compañera Saioa Sanchez, alias Hintza y Eneko Zarrabeitia, Sorgin. A los tres les ordenó constituir el comando Larrano y atentar de manera inminente en Cantabria. Para ello les informó de que debían recoger 50 kilos de amonal el pasado día 10 en Úsanoslo, Vizcaya, para montar un coche-bomba. En ese mismo encuentro, Txeroki entrego a Arginzoniz la pistola y la munición que le fueron halladas tras su arresto. Como objetivos, el comando se marcó el Ayuntamiento de Santander y la Plaza Porticada. También habían vigilado los juzgados ,la comisaría de policía y la terminal del ferry en el puerto. Horas antes de su detención, Arginzoniz fue informado por Sorgin de que la entrega del explosivo se había producido satisfactoriamente y que solo faltaba conseguir el vehículo que iban a utilizar en el atentado. El juez Garzon, en su auto, ordena la detención de Teroki así como de los dos otros miembros del comando. La detención de Arginzoniz puso en alerta a todas las fuerzas de seguridad. En un primer momento se inició en Cantabria una búsqueda frenética de Saioa Sánchez, ante la certeza de que la joven seguía en la provincia y estaba intentando huir a Francia. El Ministerio de Interior también instaló controles en la frontera con Francia ante la posibilidad de que la detención haya coincidido con los movimientos de ETA para introducir un coche bomba o que alguno de los cómplices del grupo intente huir a suelo galo.