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PAKISTÁN

Musharraf advierte a los islamistas tras la revuelta de la Mezquita Roja

Fotografía
Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Internacional13-07-2007

Las Fuerzas de Seguridad de Pakistán asaltaron la semana pasada la Mezquita Roja de Islamabad después de días de espera y de negociaciones infructuosas. Como se esperaba, la acción fue cruenta y las cifras de muertos y heridos varían entre 75 y 300. Las autoridades paquistaníes han advertido a los islamistas pero no descartan que se repitan hechos como los sufridos.

Los pronósticos más pesimistas se cumplieron y el Ejército se vio obligado a tomar por la fuerza la Mezquita Roja de Islamabad, capital de Pakistán. En ese recinto se habían atrincherado desde hacía días los islamistas que llevaban protagonizando disturbios y presiones contra el Gobierno de Pervez Musharraf. Las negociaciones llevadas a cabo resultaron un fracaso y el asalto fue cruento. Entre 75 y 300 personas –dependiendo de las fuentes- perdieron la vida, entre ellos, militares, civiles y decenas de rebeldes, incluido el líder de la revuelta, el clérigo Rasheed Ghazi. Éste, en los últimos meses, había logrado ganar muchos adeptos a su causa de imponer la Sharia -ley islámica- en el país y acabar con los comportamientos impuros. De hecho, sus seguidores –la mayoría eran estudiantes de las madrazas contiguas- habían secuestrado a ciudadanos chinos a los que acusaban de regentar un burdel y presionado hasta lograr que una ministra dimitiera por abrazar en público a un hombre. Una vez recuperado el control de la Mezquita Roja, las autoridades han informado de que se ha encontrado un gran arsenal con fusiles de asalto, granadas, explosivos y cinturones bomba. No es la primera vez que los islamistas utilizan los templos para almacenar armas. Advertencias de Musharraf La decisión del Gobierno de usar la fuerza ha provocado gran controversia en este país musulmán. Muchos han criticado la medida gubernamental y la organización terrorista Al Qaeda se ha apuntado a las amenazas animando a los radicales paquistaníes y diciendo que lo ocurrido “sólo puede lavarse mediante el arrepentimiento o la sangre”. Aun así, no parece que el arrepentimiento sea la política de Musharraf, quien en un discurso a la nación ha asegurado que trabajará para que sucesos como los sufridos no vuelvan a producirse. El presidente paquistaní, además, es consciente de que a pesar de haber terminado con los disturbios de la Mezquita Roja sigue existiendo –y aumentando- el germen del extremismo religioso y pueden repetirse los trágicos sucesos. Musharraf es uno de los principales aliados de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo internacional y la frontera entre Pakistán y Afganistán es un hervidero de islamistas.