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FÚTBOL

La Liga no salvó a Capello

Por Jesús RosellTiempo de lectura4 min
Deportes02-07-2007

En pocas ocasiones un técnico es destituido cuando logra el título de Liga. Fabio Capello tiene el dudoso honor de ser uno de ellas. El italiano superó todas las adversidades que se le pusieron a lo largo de la temporada pero no pudo evitar que desde la directiva se pensara en un cambio. El mal juego tiene la culpa. El técnico deja tras de sí un año plagado de altibajos que finalizó con el equipo en la Cibeles celebrando el título y la sensación de ser un equipo unido. Un equipo al que le faltará su creador.

Cuando Fabio Capello fue contratado por el Real Madrid lo hizo con un objetivo principal: acabar con la sequía de tres años sin títulos que llevaba el club blanco. Para ello el club puso a disposición de los jugadores que el técnico quisiera para que el proyecto surtiera efecto. Fue entonces cuando llegaron Emerson Ferreira, Mahamadou Diarra, Fabio Cannavaro, Ruud Van Nistelrooy, entre otros. Pero no se quedó sólo en los que llegaron. La relación que Capello tenía con Antonio Cassano hizo que la directiva mantuviera al napolitano con la intención de que sacara su mejor versión bajo las órdenes del que el mismo delantero bautizó como su “padre futbolístico”. Ronaldo Nazario se había operado de la rodilla y se cuestionó el entendimiento que el brasileño iba a tener con el italiano. Al final se quedó. A todos estos alicientes se le unió uno más que no estaba previsto en un principio. También tenía un protagonista, David Beckham. Desde el primer minuto de la pretemporada quedó claro que Fabio Capello no confiaba en el inglés. El centrocampista se mantenía callado pese a su suplencia y no levantaba la voz. La profesionalidad de Beckham comenzó a desesperar al italiano que sólo vio su oportunidad con el anuncio de la marcha del centrocampista a Los Angeles. Por este motivo apartó del equipo a Beckham, al que acusó de no tener el compromiso requerido. El equipo no daba la imagen esperada y los resultados no acompañaban. Todo se le ponía en contra a Fabio, que no parecía dar con la tecla adecuada. El vestuario parecía dividido y sin señales de reacción. Uno de los jugadores que peor relación tenía con el italiano era el delantero brasileño Ronaldo. Su lesión previa a la temporada y la escasa confianza del entrenador, que prefería a Van Nistelrooy, terminaron con la marcha de Ronnie al Milan. Iván Helguera era el olvidado de Capello. El cántabro vio cómo se quedaba sin el dorsal que llevó durante varios años en el club y se vio obligado a entrenar con el equipo filial como medida de presión para que se marchara. Al final acabaría siendo un central indiscutible para el club. Los rivales por el título se escapaban y el nerviosismo de la afición y de la directiva comenzaba a ser inaguantable. Mucha culpa de ello la tuvo la eliminación en la Liga de Campeones a manos del Bayern de Munich. Este jarro de agua fría estuvo a punto de costarle el puesto al entrenador, pero se optó por darle una última oportunidad. Un voto de confianza que estuvo a punto de irse al trasto cuando llegó el Zaragoza al Bernabéu. El partido lo ganó el Madrid 1-0, pero la tensión acumulada por Capello hace que se despida de la afición del Bernabéu con unas peinetas recogidas por la televisión. Días más tarde, en rueda de prensa, pide perdón por su actitud. El Madrid perdía demasiados puntos en casa. Muy sonadas fueron sus derrotas frente al Recreativo de Huelva y el Levante, ambas con una pésima imagen de los blancos. El rendimiento de Emerson, Diarra y Cannavaron no convencía y eran el blanco de las críticas de la afición. Fue entonces cuando llegó el partido en el Camp Nou frente al Barcelona. Cuando la derrota parecía asegurada desde antes del partido, la conjura de los jugadores para dar la vuelta a la situación caótica que se vivía hizo que estuvieran a punto de lograr la victoria en el feudo de su eterno rival. Sólo el gol in extremis de Lionel Messi hizo que los tres puntos no volaran hacia la capital. Capello dio marcha atrás y volvió a confiar en Beckham, quien sería una pieza clave en la remontada del equipo. Este gesto hizo que los jugadores le devolvieran todo su apoyo, algo que se notó en el campo. Con sólo una competición por disputar los de Capello apelaron al orgullo y al corazón para llevarse el título de Liga. Así llegaron los partidos ante el Sevilla, el Espanyol, el Recreativo de Huelva, el Depor o el Zaragoza, en los que los madridileños comenzaron por detrás en el marcador pero al final, en los últimos minutos, con pequeñas dosis de fortuna y mucha raza hicieron que los de Capello llegaran a la última jornada como líderes, donde acabaron ganando la Liga. Con este título Capello cumplió el objetivo que le marcaron al principio de temporada, pero el mal juego ha hecho que se busque una alternativa al italiano, que cumplió su segunda etapa de la misma forma que la anterior: con un título bajo el brazo y con el abandono del club, aunque con una excepción. En 1997 fue él mismo el que decidió marcharse y en esta ocasión es el club el que prescinde de sus servicios. Aún no está claro el nombre de su sucesor en el banquillo blanco aunque todo hace indicar que será el alemán Bernd Schuster, quien tendrá la presión de igualar al menos el resultado dejado por Capello.