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VELA

El Alinghi, a un paso de la ¬gloria¬

Por Guillermo BenavidesTiempo de lectura4 min
Deportes01-07-2007

El Alinghi está a un único triunfo de defender con éxito la Copa América. Los suizos dominan por 4-2 al Team New Zealand en una final de altura, pues varios expertos ya se han aventurado a situar entre las mejores de la historia algunas de las regatas disputadas.

Destreza, suerte y viento son los ingredientes fundamentales para poder presenciar buenas regatas de vela. Y en esta edición de la Copa América, considerada por muchos como la mejor de la historia, no falta ninguno de ellos. En el tercer enfrentamiento entre el defensor y el aspirante, este último demostró que está metido de lleno en la disputa de la Jarra de las Cien Guineas. El Alinghi tuvo ocho segundos de ventaja el Alinghi al Nueva Zelanda 92, pero en apenas cinco minutos los oceánicos se situaron con cinco esloras a favor gracias a su mejor elección del lado de regatas. Tanta fue la superioridad en la primera ceñida de los kiwis, ocasionada en gran medida por la inestabilidad del viento, que pasó con más de un minuto de ventaja por la primera boya. En la consiguiente empopada, los helvéticos remontaron un poco gracias a un error del los neocelandeses en la arriada del spinnaker (vela de mayor envergadura para navegar a favor del viento) al llegar a sotavento. Esto y una segunda ceñida espectacular hicieron que Ed Baird y su equipo retomasen el liderato de la regata y pasasen por la tercera marca con 15 segundos de ventaja. Pero si algo caracteriza a los oceánicos es el nunca darse por vencidos. Solo así se explica que en tramo de empopada, donde el Suiza 100, en teoría, es más rápido, llegasen a la meta con 25 segundos sobre los suizos. En la cuarta regata, las posiciones que se dieron en la salida fueron las mismas que al finalizar el enfrentamiento y que durante toda la prueba: Alinghi primero y New Zealand segundo. Al comienzo, la diferencia fue mínima, un segundo en la salida. Pero poco a poco este tiempo fue aumentando hasta los 20 segundos al paso de la primera baliza, gracias a que Ed Baird consiguió llevar magistralmente al NZL–92 a las afueras del layline. En la empopada, los kiwis intentaron sorprender con un izado de spinnaker veloz, pero no dio resultado. Así las cosas, los suizos dispusieron de 32 segundos en sotavento. Pero en la segunda ceñida, parecía que las cosas podían cambiar. El barco neocelandés consiguió reducir la distancia hasta solo cinco metros. Ante esto, los helvéticos tomaron conciencia de que la regata se les podía escapar e iniciaron un marcaje que les permitió afrontar la empopada final con 25 segundos y llegar a la meta con medio minuto para empatar la final. Pero nada se podía comparar con la quinta regata. Este enfrentamiento demostró que la vela bien puede ser un deporte intenso. Una salida apretada, continuas alternancias en el liderato, el factor suerte y el no darse nunca por vencido fueron los atractivos del choque. En la presalida, los sindicatos le dieron una alegría a los espectadores al navegar entre los barcos de estos, para después ser el velero de Dean Barker el que entrase en el campo de regatas con una eslora de margen. El Alinghi recuperó la distancia perdida y se colocó por primera vez como líder, pero una lucha de viradas y trasluchadas hizo que el New Zealand consiguiese pasar barlovento con 12 segundos de ventaja. Esta diferencia aumentó en los primeros metros de empopada, pero el infortunio se cebó con los kiwis. Cuando estaban preparando el cambio del spinnaker debido a un agujero en el mismo, se les rajó el que tenían montado, con lo que perdieron toda la presión que les pudiese otorgar el viento. Esto lo aprovechó el sindicato suizo, que consiguió montar sotavento con 26 segundos con respecto a un NZL-92 que se sobrepuso como pudo al contratiempo. Lo intentaron todo en el siguiente tramo de ceñida, pero la desconfianza helvética hizo que Ed Baird optase por un marcaje que le permitió montar la tercera marca con 24 segundos, para llegar después con 19 a meta a pesar del buen hacer neocelandés. En la sexta regata, el Alinghi protagonizó una remontada que le acercó a la revalidación del título. La salida fue igualada. Tanto que no hubo vencedor en cuanto a tiempo se refiere, ya que cruzaron al unísono, aunque el primer liderato vino a caer a manos suizas. Pero por poco tiempo, ya que los neocelandeses tomaron rápidamente el primer puesto y consiguieron montar barlovento con 14 segundos antes de empezar la empopada. En el tramo a favor del viento el New Zealand consiguió frenar las acometidas helvéticas y pasó por sotavento con 11 segundos de ventaja. Pero en la última ceñida de la prueba, un role -variación- de viento hizo que el Alinghi remontase de forma espectacular para arrebatar el liderato al Nueva Zelanda 92 y pasar por la tercera boya con 16 segundos. Así, empezó a enfilar hasta la meta siempre con los kiwis sin dar su brazo a torcer, aunque infructuosamente. Al final, el triunfo del equipo de Ed Baird les sitúa a una sola victoria de adjudicarse otra vez la Jarra de las Cien Guineas.