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BALONCESTO

Felipe Reyes, el ¬corazón¬ del campeón

Por Álvaro HeraltaTiempo de lectura3 min
Deportes24-06-2007

“No soy una estrella, sólo hago mi trabajo”. Tras levantar el trofeo de MVP de la final de la ACB, sumado al campeonato del mundo en Japón y a la Copa ULEB, Felipe Reyes demostró que no se le suben los halagos a la cabeza. El pívot cordobés prefiere cumplir su función en el equipo que ser protagonista.

Nacido el 18 de marzo de 1980, Felipe estuvo desde muy joven ligado al baloncesto. Su hermano mayor, Alfonso, también fue profesional, internacinal, y, al igual que él, comenzó su carrera en la cantera del Ramiro de Maeztu y jugó en el Real Madrid entre 2002 y 2004. En 1997 empezó a jugar en el Estudiantes júnior y, un año más tarde, pasó a jugar en el equipo filial del conjunto colegial, disputando la liga EBA. En la temporada 1998/99 debutó con el primer equipo ante el Baskonia y se empezó a dar a conocer, tras un gran encuentro en la ida de la final de la Copa Korac que el Estu perdería contra el Barcelona. Pero ese año ganó con España el Mundial <í>junior de Lisboa, tras derrotar a los Estados Unidos, al lado entre otros de Pau Gasol, Raúl López y Juan Carlos Navarro, los junior de oro. La campaña siguiente, ya asentado en el primer equipo, obtuvo con el Estudiantes su primer título: la Copa del Rey. Aun así, explotó la temporada siguiente, en 2000-2001, con una media de 10,3 puntos y 5,4 rebotes por partido en la ACB, refrendados con el bronce en el Europeo de Turquía con la selección, de la que se convirtió en un fijo: también disputó el Mundial de Indianápolis de 2002 y el subcampeonato del Europeo de Suecia de 2003. Por entonces, Felipe ya estaba consolidado como un gran reboteador, capaz de compensar la falta de centímetros -2,06 metros- con una grandísima intensidad, colocación y rapidez de desplazamiento: así, sumó un promedio de 16,9 puntos y 10,4 rebotes en 2002–2003. Su juego iba creciendo y contribuyó a Estudiantes completara el mejor año de su historia, tras llegar a la final de la ACB, que sólo cedería en el quinto partido tras levantar dos derrotas contra el Barcelona que ese año lo ganó todo: el triplete. Ése fue su último encuentro con los colegiales, ya que en el verano de 2004, tras una gran polémica, siguió los pasos de Alberto Herreros y fichó por el Real Madrid, que desembolsó más de un millón de euros por él. Esta vez, el club del Ramiro no pudo igualar la oferta, al contrario que en 2000. En su primera campaña en la Casa Blanca consiguió ganar la liga ACB. Felipe fue una pieza clave en el bloque de Bozidar Maljkovic, con 8,6 puntos y siete rebotes por partido en el playoff. La temporada anterior no fue tan exitosa, aunque a título particular, los números -18 puntos y 9,3 rebotes por partido en las eliminatorias por el título- no impidieron que el Madrid cayese en cuartos de final. Esta temporada ha sido, sin duda, la más prolífica. La comenzó ganando el Mundial de Japón. Después añadió la Copa ULEB. Pero lo mejor estaba todavía por llegar: tras ser incluido en el quinteto ideal de la liga ACB, sus 16,5 puntos y 6,5 rebotes por partido en la final del torneo lo consagran como uno de los mejores pívots de Europa. Felipe fue clave para que el Real Madrid consiguiera su segundo título en tres años. Ahora, tras unas vacaciones, el próximo objetivo está fijado: luchar por el oro en el Europeo, sin salir de España, olvidando la rivalidad con tipos como Juan Carlos Navarro, que sin la fluidez que acostumbraba a exhibir, fue seguramente la gran decepción de la final ACB.