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UNIÓN EUROPEA

Polonia y Reino Unido, los que más trabas pusieron a la negociación

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura2 min
Internacional24-06-2007

En una Cumbre en la que según la canciller alemana Angela Merkel “todos los estados han tenido que realizar concesiones” en busca del consenso que devuelva la ilusión por el proyecto político común a los ciudadanos de la Unión Europea, los estados miembro encontraron en Polonia y Reino Unido a los más férreos negociadores. El poco gusto por el hecho de que Bruselas se inmiscuya en asuntos nacionales por parte de los británicos, y el rechazo frontal de perder peso en el sistema de votación comunitario fueron los dos principales escollos de las negociaciones de la pasada semana.

De sobra es ya conocido el espíritu euroescéptico de los ciudadanos y de la clase política del Reino Unido, obsesionados en muchas ocasiones en conservar sus tradiciones políticas nacionales y su autonomía a capa y espada. Precisamente esa actitud tan tradicionalmente británica fue una de las mayores dificultades a la hora de alcanzar el acuerdo común final para resucitar las reformas políticas de la Unión. Mientras que uno de los principales objetivos de los 27 era el de reforzar los lazos en matería de relaciones exteriores, la posición de los negociadores británicos era la de conservar a toda costa la independencia de su país para decidir en esta materia. El hecho de que las directrices de Londres en este aspecto estén íntimamente relacionadas en la mayoría de ocasiones de los últimos años con las de Estados Unidos tiene mucho que ver en toda esta historia. Pese a las reticencias iniciales, Bruselas acordó crear un alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, aunque tuvo que incluir en el tratado, a petición de Reino Unido, una disposición adicional reconociendo la autonomía de los estados miembro en esta materia. Asimismo, tanto Londres como Varsovia tuvieron que lidiar con el resto de la clase política continental en el tema de la Carta de Derechos Fundamentales indirectamente impulsada por los nuevos tratados. Mientras que Reino Unido lograba una declaración aclarando que algunos artículos de la Carta no serán aplicados en su territorio por motivos de seguridad, Polonia exigió con éxito una enmienda en la cual se afirma que “el texto no afecta en modo alguno al derecho de los Estados miembros a legislar en el ámbito de la moral pública, el derecho de familia, así como de la protección de la dignidad humana y el respeto de la integridad física y moral humana". La condición conservadora y eminentemente católica de la sociedad polaca motivó esta aclaración. Otro éxito de la capacidad de presión de los negociadores polacos fue la consecución de su principal objetivo, mantener lo máximo posible su cuota de poder en las votaciones en el seno de la Unión. Así, Varsovia consiguió aplazar la puesta en marcha del compromiso de Ioannina, que prevé el sistema de doble mayoría (población y países) en las decisiones capitales de la Unión hasta 2017, lo que permite a Polonia mantener su capacidad de influencia en la Unión, mayor en la actualidad que con la entrada de Ioannina por ser uno de los países con mayor capacidad de decisión al ser uno de los más poblados, hasta dentro de una década.