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FÚTBOL

Real Madrid, el regreso de un eterno campeón

Fotografía
Por Álvaro HeraltaTiempo de lectura4 min
Deportes18-06-2007

El 27 de agosto de 2003 queda ya lejano en la memoria del aficionado del Real Madrid. Fue la fecha en la que los blancos consiguieron su último título: la Supercopa de España tras ganar al Mallorca en el Santiago Bernabéu. Casi cuatro años han tenido que pasar para que los merengues vuelvan a levantar otro trofeo ante su hinchada.

En este caso se ha tratado de la Liga y el destino ha querido que fuera tras derrotar nuevamente al equipo balear y cerrar así el ciclo de sequía que se inició aquella noche del verano de 2003. La temporada comenzó con muchas novedades en el Real Madrid. Ramón Calderón fue elegido, tras unas polémicas elecciones, nuevo presidente y con él llegaron el entrenador Fabio Capello y los fichajes de Fabio Cannavaro, Emerson Ferreira, Ruud Van Nistelrooy y Mahamadou Diarra. El preparador italiano gozaba de un buen prestigio en el equipo blanco debido a su buen hacer en su primera etapa en el club, en la que conquistó el título de Liga. Además, también fue seleccionado para el puesto porque se le consideraba un sinónimo de títulos y disciplina, algo de lo que andaban muy necesitados los merengues en las últimas temporadas. Con las nuevas incorporaciones pretendían algo muy parecido, eran jugadores experimentados y de gran calidad que venían avalados por su rendimiento en ligas tan competitivas como la italiana o la inglesa. El caso más significativo era el de Cannavaro, que había conseguido el Mundial de Alemania y fue proclamado mejor jugador del torneo. El Madrid comenzó cosechando varios triunfos en las primeras jornadas ligueras que le llevaron a situarse entre los primeros del campeonato. Su juego no convencía a casi nadie pero victorias como las que obtuvo ante el Barcelona en el Santiago Bernabéu o el Valencia en Mestalla refrendaban el estilo que había puesto Capello. La crisis de invierno Pasadas las navidades, el equipo entró en crisis tras perder de manera humillante en casa ante el Recreativo y contra el Deportivo en Riazor. La Junta Directiva dio su apoyo al estratega italiano y reforzó al equipo con la llegada en el mercado invernal de los argentinos Fernando Gago y Gonzalo Higuaín. No fueron los únicos movimientos que realizaron, ya que se decidió traspasar al brasileño Ronaldo Nazario de Lima al Milan. Pese a ello, la polémica siguió en el equipo blanco cuando Capello decidió que David Beckham no jugaría ningún minuto más con la camiseta del equipo madrileño tras anunciar éste último que al finalizar la temporada se iría jugar a los Estados Unidos con los Ángeles Galaxy. Tras perder en el Bernabéu ante el Levante, la afición explotó y despidió a los suyos con una gran pañolada pidiendo la dimisión del técnico. El juego de los blancos seguía resultando muy aburrido y ya no acompañaban los resultados como al principio de la campaña, por lo que el sueño de alzarse con la Liga parecía muy lejano. A todo esto había que añadir que ya se había perdido la posibilidad de ganar la Copa del Rey después de haber sido eliminados por el Betis. Ante la insistencia de sus jugadores, Capello decidió levantar el castigo a Beckham y le permitió que volviera a jugar con sus compañeros. El equipo notó la incorporación del inglés en su juego pero esto no fue suficiente para que los blancos no evitaran caer por tercer año consecutivo en los octavos de final de la Liga de Campeones ante el, posiblemente, Bayern de Munich más débil de los últimos años. Comienza la remontada En esta situación llegaron los merengues al clásico del Camp Nou, como la víctima propiciatoria para que los locales les descartaran de la lucha por el liderato. Pero fue todo lo contrario, en un gran encuentro de los hombres de Capello sólo una genialiadad de Lionel Messi en el último minuto evitó que se llevaran los tres puntos del coliseo azulgrana. El Real Madrid había perdido dos puntos en este partido pero había ganado algo más importante: la confianza en su juego. Los blancos basados en las paradas de Íker Casillas y la solidez defensiva de Sergio Ramos, junto a la eficacia goleadora de Van Nistelrooy, volvieron a creer en los que un mes antes parecía algo imposible: el título de Liga podía volver a las vitrinas del Bernabéu. El juego del equipo madrileño mejoró y ello le llevó a conseguir diez victorias en los últimos doce partidos del torneo. Algunas como las del Espanyol o Recreativo rozaron la heroica tras conseguir el gol de la victoria en los últimos minutos, otras como la última ante el Mallorca reflejaron la fortaleza de un equipo y afición totalmente unidos por un mismo objetivo que no podían dejar escapar. Ahora hay dudas sobre si seguirá la temporada que viene Fabio Capello dirigiendo al equipo. Muchos aficionados blancos esperan que siga no sólo por haber ganado el campeonato liguero, sino por haber recuperado algo más importante: el espíritu de campeón que había sido la seña histórica de este equipo.