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FÚTBOL

El Valladolid monopolizó la temporada de Segunda

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes17-06-2007

La Segunda División se tiñó totalmente de blanquivioleta. La temporada fue un monólogo del Valladolid al que luego se sumaron, más tímidamente, Real Murcia y Almería. Sólo el otro equipo murciano, el Ciudad, amenazó con meterse en la lucha por el ascenso, pero se hundió en la recta final. Una pugna a la que Cádiz y Numancia, en tanto, llegaron demasiado tarde. Los descensos fueron para Ponferradina, Castilla, Vecindario y Lorca, que pagaron cara su irregularidad.

El Valladolid batió casi todos los récords de la División de Plata. Los de Pucela han sido de largo el equipo más consistente. De hecho, ya habían certificado su ascenso cuando todavía restaban ocho jornadas. Los de José Luis Mendilíbar fueron un conjunto sólido en todos los aspectos: ha sido el máximo goleador y el menos goleado. Ello le valió para permanecer casi ocho meses sin conocer la derrota y batir la mejor marca de puntos en la categoría, que estaba en posesión del Alavés, con 82. Amén de una correosa defensa y un excepcional trabajo táctico, gran parte del mérito del ascenso corresponde a sus letales delanteros, Joseba Llorente y Víctor Fernández, que rozaron el trofeo Pichichi. Después de tres temporadas en el ‘infierno’ de la Segunda, los vallisoletanos vuelven a ocupar un lugar de privilegio con los mejores. Exactamente el mismo tiempo ha tardado en recuperar la categoría el Murcia. El cuadro pimentonero vivirá su décimoctava campaña en la categoría de oro, después de una meritoria temporada. Con cuatro jugadores de los que ya estuvieron en Primera con el equipo, la experiencia ha resultado fundamental para lograr el objetivo. Las buenas actuaciones cosechadas fuera de su feudo resultaron cruciales. Almería ya había disfrutado de las mieles de la Primera División 26 años atrás, gracias a la Agrupación Deportiva Almería. Aquel equipo, que permaneció dos temporadas entre los grandes, desapareció por motivos económicos. Pero su testigo lo ha recogido la Unión Deportiva Almería, fruto de la fusión en 2001 del Polideportivo Almería y el Almería Club de Fútbol. El técnico rojiblanco, Unai Emery, apostó desde el comienzo por un fútbol ofensivo y descarado. Los resultados no fueron buenos en un primer momento, pero poco a poco el conjunto almeriense fue ganando confianza, hasta acabar deslumbrando con su propuesta futbolística. El Estadio de los Juegos Mediterráneos se convirtió en una fortaleza casi inexpugnable, donde los andaluces basaron su fortaleza. Al final, el esfuerzo obtuvo sus frutos y la ciudad vivió con delirio la gesta de su equipo. Los eternos candidatos al ascenso, salvo el Valladolid, dieron la cruz una temporada más. Ni Numancia, ni Cádiz, ni Albacete, ni Sporting de Gijón ni Xerez fueron capaces de acercarse siquiera a los puestos de ascenso. Los xerezanos empezaron muy fuerte, como de costumbre, pero volvieron a desinflarse en la segunda mitad de la temporada. Todo lo contrario les sucedió a Numancia y Cádiz, que tras un pobre arranque empezaron a carburar cuando ya era demasiado tarde. En lo negativo, Málaga y Alavés, firmes aspirantes a ascender en un principio, fueron las grandes sorpresas. Boquerones y vitorianos estuvieron a punto de descender y se salvaron, más que por méritos propios, por los errores de sus rivales. La cara agradable la ofreció el Salamanca, que tras recuperar la categoría logró codearse con los mejores e incluso pensó en ascender. Descensos Vecindario y Lorca tuvieron claro en todo momento que la salvación era un objetivo casi inalcanzable y se fueron al pozo con varias jornadas por delante. La Ponferradina, en cambio, en su debut en la categoría, mantuvo siempre la ilusión, y no la perdió hasta la antepenúltima jornada, cuando confirmó su descenso. Pese a sus buenos resultados en El Toralín, los bercianos fallaron fuera de casa, donde no lograron ganar hasta la jornada 36. La última plaza de Segunda B fue para un Real Madrid Castilla que tuvo momentos de buen juego, pero fue muy irregular.