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TOROS

El Juli reivindica su título de torero de Madrid

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos27-05-2007

A pesar de ser aún un torero joven, El Juli ha demostrado poseer el título de la maestría. Los aficionados más entendidos dicen que las grandes figuras, si quieren considerarse tal, deben refrendar su categoría en las urnas de Las Ventas. La pasada semana, el torero de Velilla de San Antonio (Madrid) salió por la puerta grande de la monumental capitalina.

El regreso de José Tomás, la velocidad de crucero que está tomando Sebastián Castella, el toreo apasionante de Alejandro Talavante y un cambio de manos de Julián López El Juli. Un cambio de manos como el ejecutado por El Juli la semana pasada en Madrid a un toro de Victoriano del Río -que mandó a Las Ventas una buena corrida, el sexto toro fue ovacionado en el arrastre- sería el perfecto cartel anunciador de su candidatura al estrellato. Desde que el nombre de aquel niño rubito encumbrado en México comenzó a sonar en los corrillos de aficionados, Julián ha sido un torero popular, acompañado siempre con el cariño del pueblo, un escrutinio que ya quisieran para si muchos diestros. Pero Madrid se le resistía. Y aquel cambio de manos -y mucho más- vino a revalidar la confianza que habían depositado en él muchos públicos. Ya no es el niño rubito espectacular que tantos tendidos puso en pie con su desparpajo de prodigio. El toreo de este espada aún insultantemente joven sigue emocionando, pero de otra manera. Su comparecencia en Las Ventas de Madrid, la primera plaza del mundo, el pasado miércoles 23 de mayo, así lo acredita. El toreo de Julián López El Juli también puede ser hondo, largo, de mano baja, templado, lento e inteligente. El toreo de El Juli también puede ser del gusto de Madrid, huérfana de torero desde aquella despedida de José Tomás. Pero lo mejor de todo es que sus compañeros de cartel aquella tarde, José Ignacio Uceda Leal y José María Manzanares, no se quisieron quedar como convidados de piedra. El Juli sumó dos orejas, una por faena, en su cita con las urnas de Madrid. La primera, incluso, con fuerte petición de la segunda. Pero sus compañeros también lograron tocar pelo, pues sumaron un apéndice cada uno. Afortunadamente, por el bien de la Fiesta en la cabeza de los aficionados caben muchos toreros. Nunca fue bueno que en el mundo del toro mandase sólo uno. Ya lo dijo Ortega y Gasset. Las plazas de toros son el mejor reflejo de España. Y, por fortuna, España es una democracia, aunque tenga que venir un despabilado torero francés a brindar un toro al Rey ante toda la prensa. Eso es valor. Luego, en el ruedo hizo méritos para cortar una oreja. Empató en número de trofeos con otro compatriota, el también francés Juan Bautista Jalabert. Así se ganaron salir en la foto de la corrida de la Prensa, celebrada el día 22. San Isidro continuaba bajo la lluvia esperando a los candidatos a triunfadores del ciclo. Enrique Ponce lo tuvo complicado en su cita. Mejor suerte corrió Diego Ventura. El joven rejoneador sumó tres orejas toreando a caballo el viernes, en una corrida de Bohórquez. Su compañero Andy Cartagena cortó una oreja.