CINE

Muere el padre de la comedia italiana Luigi Comencini

Por Patricia Alonso Seco2 min

Espectáculos08-04-2007

El pasado viernes 6 de abril, el director de cine italiano Luigi Comencini, considerado uno de los padres de la llamada comedia italiana, finalizó la película más importante: su vida. Nacido en Saló, en la provincia de Brescia (norte de Italia) el 8 de junio de 1916, está considerado uno de los padres, junto a Dino Risi, Mario Monicelli y Ettore Scola, de la comedia italiana, genero cinematográfico de gran éxito internacional en los años 50 y 60.

Aunque su carrera profesional, en un principio, estaba más ligada al mundo de la arquitectura que al del proyector, pronto su vida tomaría un rumbo distinto. Sería en 1933, tras su encuentro con el también director Alberto Lattuada, cuando comenzaría a interesarse por el mundo del cine hasta conseguir un diploma como director en 1939. Pero el italiano Luigi Comencini no sólo ha destacado por sus famosas comedias sino por ser considerado el director de los niños. Fue su interés por los que él definió como "esos adultos sin leyes, ni moral", lo que le motivó a rodar su primer largometraje Prohibido robar, o años más tarde, la serie mítica italiana Las aventuras de Pinocho. Además, en su prolífica carrera se encargó de promover, junto con Alberto Lattuada y Mario Ferrari, la Cineteca Italiana, el primer archivo de películas de Italia y en la posguerra se convirtió en crítico cinematográfico, primero para el diario LŽAvanti, y luego para la revista semanal Tempo. A pesar de todo esto, su fama y reconocimiento internacional se lo debería a la película Pan, Amor y Fantasía, interpretado por Vittorio De Sica y la actriz Gina Lollobrigida. Con este filme ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín y le convirtieron en uno de los maestros de ese neorrealismo rosa destinado a tener mucha fortuna en el cine italiano. Tras el éxito de la película, Comencini continuó la saga con la cinta Pan, amor y celos (1954). Comencini dio su aportación al género brillante de la comedia, aunque sui generis, con la parábola mordaz de Sembrando ilusiones (1972), la película satírica de suspense La mujer del domingo (1975) y la amarga y atípica La casa de los desmadres (1977). Otro ejemplo, pero de una comedia mucho más política es Tuti a casa, cinta de 1960, que retrata la división de la sociedad italiana a finales de la II Guerra Mundial. Tras su muerte, queda el recuerdo de un gran cineasta, de un gran hombre y de una persona con una visión un tanto especial de la realidad. El alcalde de Roma, Walter Veltroni, le calificado como "uno de los grandes e inolvidables directores de la historia del cine".