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ETA

Un alto el fuego más trampa que permanente

Por Angie RigueiroTiempo de lectura3 min
España25-03-2007

Extorsión a empresarios, amenazas, actos de kale borroka, zulos con armas, mitin con pistolas... Éstas son algunas de las acciones criminales que hicieron tambalear los cimentos del proceso hasta el definitivo atentado de Barajas en el que murieron dos personas después de tres años sin muertes por terrorismo.

Ante el comunicado en el que la banda terrorista anunciaba su alto el fuego permanente, el Gobierno decidió iniciar el denominado proceso de paz con ETA, con el objetivo de dar fin a la violencia. En el inicio de esta negociación, la ilegalizada Batasuna advirtió de la necesidad de la creación de una mesa de partidos de todas las fuerzas políticas vascas, que serían las que decidirían de qué manera y cómo se iba a desarrollar el proceso entre la banda y el Ejecutivo. Durante el último año, ETA ha ido anunciando, a través de sus comunicados o pronunciamientos públicos, que no habría negociación ninguna si no se producía un cambio en lo que a la política se refiere. El presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, se encontraba así entre las exigencias de una ilegalizada Batasuna por un lado, y por otro, las peticiones del Partido Popular de que pusiera fin a la negociación con ETA. El verano llegó, y con él numerosas detenciones por parte de la Justicia Española de miembros de la organización. En el mes de julio los socialistas vascos se reunieron públicamente con Batasuna, advirtiéndoles de que deberían llevar acabo una serie de requisitos para participar democráticamente en el proceso, lo que significaba aceptar la Ley de Partidos, punto que la izquierda abertzale considera inaceptable. Con todo ello, al finalizar el verano, la kale borroka volvió a reaparecer en el País Vasco. Mientras que la violencia callejera empezaba a aumentar por las calles vascas, los populares exigían a Zapatero que volviera al Pacto Antiterrorista. Numerosos encapuchados, en septiembre, hicieron público el día del “guerrero vasco”, en el que llamaban y animaban a seguir por la lucha de la independencia de la tierra vasca. En un momento en el que el denominado proceso de paz iba tambaleándose cada vez más, se hacía pública el robo de ETA de 350 pistolas en Francia. La banda exigía una serie de acciones al Gobierno, con la amenaza de que si no se cumpliesen romper cualquier tipo de negociación. Entre ellas, la puesta en libertad del terrorista De Juana Chaos, el acercamiento de presos al País Vasco, la legalización de brazo político de ETA, Batasuna. Las acciones criminales de ETA no culminaban, es más, iban en aumento. Después de que varios medios de comunicación se hicieran eco de que el Gobierno había tenido una reunión con la banda, la Ertainzta encontró un zulo de ETA en Amorebieta (Vizcaya), en el que se encontró material explosivo. Pero el hecho más grave llegó el 30 de diciembre con el atentado en la Terminal 4 de Barajas en el que perdieron la vida dos ciudadanos ecuatorianos. Era el primer atentado de la banda después de tres años sin muertes por terrorismo y se producía al día siguiente de que Zapatero se mostrase optimista en su balance del año en lo que respecta al proceso de paz. El 29 de diciembre, el líder del Ejecutivo aseguraba: “Estamos mejor que el año pasado y el que viene estaremos mejor aun”.