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IRAQ

Aznar dice “ahora” que no había armas de destrucción masiva

Por Irene E. SánchezTiempo de lectura3 min
España11-02-2007

“Las decisiones hay que tomarlas no a toro pasado, sino cuando está el toro en el terreno, y es ahí cuando hay que torearlo”. Esa fue la justificación que utilizó el ex presidente Aznar después de reconocer que “ahora” sabe que en Iraq nunca hubo armas de destrucción masiva.

Fue precisamente la existencia de estas armas el argumento principal sobre el que se sostuvo la intervención americana en aquel país y que, en contra de la opinión mayoritaria de la sociedad española, fue apoyada por el entonces Ejecutivo popular. El teatro MIRA de Pozuelo Alarcón tuvo como invitado al ex presidente del Gobierno quien además tuvo palabras para diversos asuntos de la actualidad, entre ellos, la política antiterrorista del actual Gobierno o la educación en España. Pero las personas que acudieron a la charla coloquio celebrada en la localidad madrileña recordarán la velada por el reconocimiento abierto de Aznar en el momento en el que asumió que es “ahora” cuando se da cuenta de la inexistencia de armas de destrucción masiva en Iraq. "Todo el mundo creía que las había", lo que genera "un problema porque las decisiones hay que tomarlas no a toro pasado, sino cuando está el toro sobre el terreno, y es ahí cuando hay que torearlo", añadió. De tal forma, el ex mandatario aseveró que su Gobierno “tomó la decisión porque creía que era lo más conveniente para los intereses nacionales”. Asimismo, consideró que desde su Gobierno no se envió “una sola persona a combatir” en tal guerra, pero que de haber sido así “hubieran sido soldados profesionales”, con lo que señaló la diferencia que había entre este conflicto y la guerra del Golfo. Seguro de sí mismo, el ex presidente vaticinó que a pesar de las desavenencias y adversidades, el tiempo le “dará la razón”. Estas declaraciones no pasaron desapercibidas para un sector de la clase política que instó al ex mandatario a pedir disculpas ante los ciudadanos por la participación de España en la contienda bélica de 2003. Es el caso del portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, y el coordinador general de IU, Garpar Llamazares, quienes exigieron a Aznar una rectificación pública. Más duro se mostró el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El líder del Ejecutivo aseguró que “todavía hay armas de destrucción masiva en Iraq: el odio que generó la guerra”. En su discurso, Aznar se acercó más al presente a través de la política antiterrorista del Gobierno socialista. Afirmó que los miembros de la banda terrorista ETA pretenden “imponer en el País Vasco y en Navarra su proyecto totalitario de marxismo y nacionalismo”, tras, eso sí, “desgajarlas” en el país. Se declaró a su vez contrario a cualquier tipo de negociación con los terroristas y apostilló que los miembros de ETA “no han cedido un ápice en sus objetivos”, con lo que recordó los cuarenta años de “amenazas y asesinatos” que tenían como único objetivo “que nuestra democracia se rindiera”. El dirigente popular no olvidó que los etarras “quieren las mesas”, que denominan “de partidos”, para que “España deje de ser España”. Según Aznar, los terroristas desean recibir fondos y “respaldo institucional” de la democracia actual para facilitar de tal manera “su trabajo de destruir” el país. Para el ex presidente, España es una sola nación, “la nación española”, a la que reconoció a su vez sus comunidades autónomas “como nacionalidades y regiones”. Indicó que, "en 1978, quedó muy claro que las nacionalidades y regiones eran el punto de llegada" y "no eran, de ninguna forma, un pistoletazo de salida en una subasta insensata para ver quién es más nación".