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TRIBUNALES

El nuevo ministro de Justicia provoca un cisma entre PP y PSOE

Por Angie RigueiroTiempo de lectura3 min
España10-02-2007

El PP lo consideran una declaración de guerra. El Gobierno en cambio lo entiende como un mensaje de autoridad. El nombramiento del fiscal Mariano Fernández Bermejo como nuevo ministro de Justicia y los retos que se le plantean de cara la futuro marcarán un nuevo frente entre Ejecutivo y oposición.

Nada más conocerse la noticia, los populares salieron en tromba para descalificar al elegido por Zapatero para sustituir a López Aguilar. Con lo que consideran una agresión meditada del presidente del Gobierno, el PP da por imposible cualquier pacto en materia de justicia y de política antiterrorista. El portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, definió a Fernández Bermejo como un “ultra” y un ”radical”, y dijo que su elección es un “mensaje inequívoco” para “amedrentar” a los jueces, a la oposición y a la sociedad. Recordó que el nuevo ministro había ejercido como “ultra del PSOE” siendo fiscal y había considerado “una hipocresía juzgar los crímenes del GAL”. En su opinión, el mensaje que lanza Zapatero es: "Olvídense ustedes de unidades porque ponemos a la persona más radical al frente de la Justicia”. En la misma línea, el secretario general del PP, Ángel Acebes, también se enfrentó con el nuevo ministro. Lo calificó como “radical” y “sectario”, y aseguró que su nombramiento es ”contra el PP”, porque ha demostrado su “animadversión” al atacarlo todo lo que ha podido “permanentemente”. Añadió que Bermejo “lleva el recuerdo de la Guerra Civil en sus declaraciones”. Toda esta enemistad entre Bermejo y el Partido Popular viene del pasado. El Partido Popular, durante el Gobierno de José María Aznar, apartó a Bermejo de la Fiscalía de Madrid en el año 2003. Bermejo había desarrollado en esta Fiscalía de Madrid una actividad durante largos años como parte de un plan de depuración de fiscales diseñado en 2003 por el que era entonces ministro de Justicia del Partido Popular, José María Michavila, y el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal. Ambos llevaron a cabo la retirada de una serie de magistrados. El nuevo fiscal General del Estado en el 2004, Cándido Conde-Pumpido, propuso este mismo año el nombre de Mariano Fernández Bermejo para el cargo de fiscal de sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo. Para conseguir este nombramiento Bermejo tuvo que esperar un cambio de Gobierno con los socialistas en el poder. Dentro de unos días el futuro de Bermejo cambiará. RETOS DE FUTURO Será la persona que sustituta a Juan Fernando López Aguilar y deba cumplir todas las promesas electorales que hizo el PSOE en lo que respecta a la Justicia. En este momento, sus principales apuestas son el proceso de paz, la legalización de Batasuna, el desarrollo del Estatuto de Cataluña y la Ley de la Memoria Histórica. También tiene pendiente impulsar varios proyectos de ley que permanecen atascados en el Parlamento. Por ejemplo, las dos leyes que se refieren a la descentralización del Poder Judicial y de los recursos ante el Tribunal Supremo, la que reforma el Tribunal Constitucional y el nuevo Estatuto Fiscal. La decisión de su nuevo cargo fue tomada por Zapatero. Juan Fernando López Aguilar será el cuarto ministro del presidente del Gobierno que abandone el cargo por distintos motivos, después de José Bono, María Jesús San Segundo y José Montilla En un principio el presidente del Ejecutivo dudaba entre un “nombramiento de continuidad”, lo que suponía elegir a una persona del cargo de López Aguilar; o poner una mujer para este cargo. Sin embargo, con el hecho de que la Justicia hace varios meses es el blanco de la batalla de los grupos políticos, sobre todo con el denominado proceso paz y el atentado del 30 de diciembre en Barajas, Zapatero cambió de opinión. Finalmente, aconsejado por el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, prefirió nombrar a una personalidad proveniente del mundo de la justicia: Mariano Fernández Bermejo, que tendrá que cumplir muchos retos.