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ORIENTE PRÓXIMO

Las milicias de Hamas y Fatah violan dos treguas acordadas

Por Salvador Martínez MásTiempo de lectura3 min
Internacional04-02-2007

Los representantes de la Presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y del Gobierno palestino no pronuncian las palabras “guerra civil” para explicar los violentos enfrentamientos entre militantes de Fatah y Hamas que se viven en los territorios ocupados, sobre todo en la Franja de Gaza.

Sin embargo, a la luz de la violencia en las calles de la ciudad de Gaza, los hay quienes se preguntan: “¿A qué otra cosa además de esto podemos llamar guerra civil?”. La pregunta retórica que lanzaba Abu Omar, tendero en la ciudad más importante de la Banda de Gaza, a Avi Issacharof, el corresponsal del diario israelí Haaretz en los Territorios Ocupados Palestinos, tiene dos respuestas. Por un lado, la respuesta de los dirigentes situados en la cúspide del poder en Palestina, el presidente de la ANP y primer responsable de Fatah, Mahmud Abbas, y el primer ministro palestino y figura no siempre incontestable de Hamas, Ismael Haniya. Ambos niegan toda tesis de enfrentamiento civil. De hecho, los dos daban cuenta a finales de la semana pasada, por enésima vez, de su voluntad de apaciguar los violentos enfrentamientos que mantienen las milicias y los militantes armados de ambos partidos. Sin embargo, los choques armados entre palestinos causaron 29 muertos y más de 200 heridos desde que se rompiera el último acuerdo suscrito por Hamas y Fatah el pasado jueves, según señalaba la ONG palestina pro derechos humanos Palestinian Center for Human Rights el último de los pasados siete días. Ante semejantes hechos, los líderes de ambos grupos declaraban haber “llegado a un acuerdo de alto el fuego con la ayuda de Dios”, según los términos que utilizó Nizar Rayam, dirigente regional de Hamas. Sus declaraciones fueron confirmadas poco después por el portavoz de Fatah, Abdel Hakim Awad, momentos en los que se fraguaba un nuevo fin de las hostilidades entre milicianos de uno y otro bando. Por otro lado, a esta lógica que busca el acuerdo entre partidos políticos, se opone la de los hombres armados que pertenecen al partido de Awad y al de Rayam. De hecho, la apuesta de las milicias de Hamas o Fatah no es precisamente la del diálogo. Sobre todo, después de que el presidente palestino expresara a mediados de diciembre que anunciaría la celebración de nuevas elecciones legislativas en los territorios ocupados. A partir de ese día, la presión en “la olla política y social” que son los territorios palestinos está alcanzando niveles “gravísimos”. Así, mientras a finales de la semana pasada se hablaba de alto el fuego, el jefe de la Diplomacia rusa y representante ruso en el Cuarteto que trabaja por la paz en el conflicto israelo-palestino, Sergei Lavrov, comentaba que los “esfuerzos para relanzar el proceso de paz con Israel están en punto muerto por el riesgo de una guerra civil en palestina”. En este contexto, el atentado suicida del que se responsabilizó Yihad Islámica y que dejó tres muertos en la ciudad Eliat, al sur de Israel, manifiesta que la desestabilización de la Franja de Gaza -por no mencionar su extensión a Cisjordania- no beneficia a nadie en la región. Danny Rubinstein compañero de Issacharof en el Haaretz, lo expresaba así en la conclusión de su artículo del pasado lunes: “lo que está pasando en Gaza no sólo pone en peligro a los habitantes de la franja, sino a todos nosotros, israelíes y palestinos”.