Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

CORRUPCIÓN

El ex alcalde de Andratx vuelve a prisión para que no influya en testigos

Por Elena Gómez FernándezTiempo de lectura2 min
España01-02-2007

Dos meses de prisión es la nueva pena a la que se enfrentan el ex alcalde del municipio mallorquín de Andratx, Miguel Hidalgo, y el inspector de obras del Ayuntamiento, Jaime Gibert, “mano derecha de Hidalgo”, según declaró la Audiencia Provincial de Palma.

Este tribunal ordenó que el ex regidor del municipio, acusado de seis delitos relacionados con la corrupción urbanística, reingrese en la cárcel y permanezca allí un máximo de dos meses más. Con él estará Gibert, aunque lo hará comunicado, pero sin posibilidad de salir bajo fianza. Este segundo encarcelamiento sólo podrá reducirse en caso de que el fiscal, que pidió 45 días de confinamiento, así lo considere oportuno. La fórmula pone la llave de su libertad en manos del titular de la Fiscalía Anticorrupción, Juan Carrau, y no en las del juez que instruye el caso, Álvaro Latorre. La decisión fue calificada de “inaudita” ayer por los dos letrados que defienden a Hidalgo y a Gibert. Aunque los imputados no han cometido ningún nuevo delito, textualmente, la Audiencia aprecia que la libertad de Hidalgo sigue constituyendo “un indiscutible obstáculo para el desarrollo de la investigación judicial”. Eso, pese a los 49 días que los encausados llevan ya en libertad desde su primera salida de la cárcel. Los jueces se basan, para argumentar su decisión, en varias de las conversaciones telefónicas pinchadas del teléfono móvil de Hidalgo durante la fase inicial de la instrucción. En ellas, como considera acreditado la Audiencia, el ex alcalde “trató de contactar con agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil que le investigaban, dio a otros interlocutores el nombre de algún juez encargado de tramitar asuntos relacionados con su causa, e intentó acceder a otro juez aprovechando una fiesta”. Esto sucedió antes de que Hidalgo pasara su primera etapa en prisión, pero esto no es motivo para que el ex alcalde no reincida en sus hechos debido los “múltiples contactos” de que goza y que según sostienen los jueces, le permiten tener “libre acceso a cuantas personas están relacionadas con las actuaciones que se investigan”. Pese a que no aprecian ningún riesgo de fuga, sí consideran que podría utilizar su libertad para influir en parte del centenar de testigos que todavía deben declarar ante Latorre. También se aprecia que el ex alcalde podría alterar pruebas documentales, y en cuanto a Gibert no hay evidencias telefónicas. El Tribunal considera que actuaba de común acuerdo con Hidalgo y que el celador era “la mano derecha” del alcalde. Pese a que no existe constancia de la influencia de Gibert en testigos o pruebas, la Audiencia le envía igualmente a prisión mientras prosigan las indagaciones debido a que según el tribunal, de sus actuaciones en el ayuntamiento emana “un claro e inequívoco tufo de ilicitud”. En lo que respecta a los indicios de delito, la Audiencia no aporta novedades. La defensa de Hidalgo, armada por Rafael Perera, anunció que no recurrirá. Y confió en que Carrau no agotará el plazo de dos meses que le ha dado la Audiencia para investigar sin interferencias de los encausados. Perera mostró su confianza en que la justicia “a buen seguro que acelerará el ritmo de las investigaciones y declaraciones” para que Hidalgo y Gibert no permanezcan mucho tiempo en prisión cuando no hay sentencia firme.