MALOS TRATOS

Agresores más jóvenes y con una mayor tendencia al suicidio

Por Cristina Arias1 min

Sociedad29-12-2006

Socialmente no hay un prototipo de maltratador: puede ser de clase baja o alta, con estudios o sin ellos, joven o viejo y su conducta no tiene por qué estar ligada al consumo de drogas o a desviaciones psíquicas. Sin embargo, y aunque los jóvenes acceden hoy a una educación más plural e igualitaria, los hechos demuestran que cada vez es menor la edad de los homicidas.

Es más. Según el Observatorio de la Violencia de Género, el rechazo social y el miedo al aislamiento -dentro de una sociedad que cada vez se posiciona más en contra de la violencia doméstica-, impulsan a los asesinos de mujeres al suicidio. A nivel nacional los datos muestran que un 24 por ciento lo ha intentado, mientras un 18 por ciento lo ha conseguido. Pero no existe un perfil concreto de maltratador ni unas pautas sólidas que los identifiquen. Tan sólo algunas conductas. Los maltratadores son hombres celosos, posesivos, machistas radicales y controladores que recurren a la violencia para solucionar los problemas. Pero no son agresivos de forma habitual sino que ejercen la violencia de una forma selectiva y a escondidas, mientras en público muestran una personalidad más dócil y conciliadora. Suelen tener la autoestima baja y graves complejos de inferioridad por lo que cualquier cosa se convierte en una ofensa para ellos y, sobre todo, para su virilidad. Y la mayoría se presentan como víctimas y casi ninguno reconoce su condición de maltratador. En 2006, el primer año de la Ley integral contra la Violencia de Género, más de 20.000 agresores han sido juzgados y ocho de cada diez condenados. Y, del total de mujeres que solicitaron protección el 97 por ciento consiguió la orden de alejamiento y el 87 por ciento la prohibición de comunicación. Además, al 26 de los agresores se les prohibió volver al lugar de residencia de la víctima, al 18 por ciento se le implantó la suspensión de tenencia y uso de armas y el 11 por ciento fue condenado a cárcel, donde existen programas de rehabilitación de maltratadores (33 de las 64 prisiones nacionales cuentan con estos programas).