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ETA

La Corona marca a Zapatero sus líneas rojas de cara al proceso

Fotografía
Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España25-12-2006

El Rey Don Juan Carlos utilizó su habitual mensaje navideño para apelar a un “sosiego” de la vida política como la mejor receta para afrontar los retos del futuro, entre ellos, el proceso de negociación con ETA. El monarca no ocultó su preocupación ante la posibilidad de acabar definitivamente con el terrorismo, pero fijó como límites el respeto a la ley y a las reglas del juego que marca el Estado de Derecho, así como el recuerdo a las víctimas del terrorismo.

“En democracia, la única respuesta a la extorsión, la coacción y la violencia es la que resulta de la primacía de la Ley y del Estado de Derecho”. De este modo, la Corona marcaba su postura en torno al proceso de diálogo entre el Gobierno y la banda terrorista ETA. Una toma de posición centrada en la legalidad que tiene especial relevancia teniendo en cuenta el estado del proceso. Las palabras del Rey suponen un aviso, no sólo en el ámbito de la Justicia –a la que insta a no cejar en sus actividades contra la banda- sino de cara al debate sobre la posible legalización de Batasuna y su posible presencia en las elecciones municipales del próximo año. Don Juan Carlos, marcó además el camino a los partidos políticos para a poner fin a la división acusada en el último año. “Soseguemos la vida política y trabajemos con espíritu integrador”, dijo el monarca, al tiempo que hizo un llamamiento a “todas las instituciones y fuerzas democráticas para lograr la unidad y la cohesión y desplegar todos los esfuerzos que nos permitan alcanzar, juntos, el objetivo irrenunciable de poner fin al terrorismo, dentro del pleno respeto a la Constitución”. Todo ello dentro del recuerdo a las víctimas “a quienes debemos respeto, afecto, apoyo y solidaridad”. A partir de ahí, el discurso navideño de la Corona giró entre referencias a la Constitución y al consenso entre españoles, sin olvidar el resto de temas que despiertan la preocupación de los ciudadanos. Entre ellos se encuentra uno de los asuntos centrales del año 2006; la corrupción urbanística. Ante los numerosos casos de especulación, Don Juan Carlos solicitito una actuación conforme con "el interés general", así como "la más eficaz cooperación" para proteger "con mayor ahínco" paisajes, bosques y costas de "brutales" incendios y otras calamidades. " También tuvo palabras para reconocer con “gratitud” el de las Fuerzas Armadas desplegadas en el exterior y el “esfuerzo de tantos hombres y mujeres inmigrantes que se han instalado en España y contribuyen con su valioso esfuerzo a nuestro crecimiento”. No obstante, el Rey no obvió las sombras de este fenómeno y pidió “detener el doloroso drama de muerte y explotación que implica el tráfico de seres humanos y la inmigración ilegal” con “rigor” y “solidaridad”. En cuanto a las políticas sociales, fijó como ejemplo la recientemente aprobada Ley de Dependencia aunque fue más allá al reclamar la atención para la infancia y las personas mayores. “Una labor en la que la familia desempeña siempre un papel esencial”.