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IRÁN

Las municipales del país suponen un golpe contra Ahmadineyad

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional23-12-2006

Más de 28 millones de iraníes acudieron a las urnas la semana pasada en las elecciones a los Consejos Municipales y a la Asamblea de Expertos, donde el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y sus partidarios han sufrido un serio revés. Frente a su corriente ultraconservadora, los ortodoxos moderados consiguieron imponerse en casi todas las provincias del país persa, incluida la capital, Teherán.

Las elecciones se presentaban como un auténtico examen para Ahmadineyad, desde que ascendiera al poder en 2005, en un país que se ha convertido en pocos años en una potencia regional y en centro de todas las miradas internacionales por su controvertido programa nuclear. Aunque la lectura occidental del batacazo en las urnas de Ahmadineyad se basa principalmente en la política exterior incendiaria que ha mantenido Irán en los dos últimos años, lo cierto es que el presidente ha tomado decisiones poco acertadas ante sus compatriotas. Entre ellas, enterrar a mártires de la guerra con Iraq en los campus universitarios o ese apego irreductible a los valores de la Revolución Islámica de 1979. Cerca de 46 millones de electores estaban llamados a las urnas la semana pasada y un 61 por ciento acudía a dar su voto. Un hecho relevante para conservadores moderados y reformistas, que atribuyeron su caída en las elecciones de 2003 a la baja participación. Desde entonces los ultraconservadores dirigen las instituciones más importantes del país, como el Gobierno, el Parlamento y el Ejército. Para esos índices de importante participación, seguramente fueron esenciales los llamamientos de los clérigos a las urnas, ya que los propios iraníes reconocen que su opinión le saca a la calle las jornadas electorales. "Somos musulmanes y en nuestro país el voto es tan importante como el rezo", explicaba una electora de 62 años a EFE. Tras el recuento de votos, la alegría de los moderados y el resquicio de esperanza para los reformistas, que son una minoría residual en muchas partes del país. Los moderados consiguieron imponerse a los partidarios de Ahmadineyad en 29 de las 30 provincias de Irán, entre ellas, Teherán, donde obtuvieron mayoría en el Consejo Municipal. Los consejos municipales iraníes son asambleas locales que supervisan la puesta en marcha de los proyectos y eligen al alcalde, en el caso de la capital, Mohamed Baher Ghalibaf, uno de los pesos pesados del líder de los moderados Akbar Hashemi Rafsanyani. Éste, ha visto reforzada su posición en la Asamblea de Expertos iraní, un órgano decisivo en la vida del país persa. La Asamblea esta compuesta por 86 clérigos "virtuosos y electos" que se eligen cada ocho años, de entre ellos, se elige al Rahbar, líder supremo de Irán. Ali Jamenei, actual ayatolá supremo, es una figura que se sitúa por encima del presidente y que nombra hasta seis miembros del Consejo de Guardianes, un órgano que tiene el poder de veto sobre el Majlis o Parlamento si cree que sus leyes no se ajustan a la Sharia o Ley Islámica. El poder del líder supremo sobre el país es enorme, toda vez que, aunque los otros seis miembros del Consejo de Guardianes son elegidos por el jefe de la Judicatura, este puesto también depende de la decisión del ayatolá Supremo.