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ORIENTE PRÓXIMO

Las amenazas estratégicas acompañan a Olmert en su visita a la Casa Blanca

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional19-11-2006

Mark A. Heller, director de investigaciones en el Instituto para la Seguridad Nacional de Tel Aviv, instaba en el International Herald Tribune a "Ehud Olmert, un primer ministro debilitado", y a "George W. Bush, presidente de EE.UU. debilitado", a que retomen "sentido de la dirección de la nave que es el Estado".

Paradójicamente, la tribuna de Heller dejaba claro que nada parece haber cambiado en las políticas que piensan desarrollar Israel y Estados Unidos en el Próximo y el Medio Oriente. De hecho, en la reunión que mantuvieron Olmert y Bush el lunes pasado en Washington, el primero "obtuvo lo que quería", afirmaba en su editorial el The New York Times. A saber: "una reiteración de la inflexible posición estadounidense en lo que respecta a la cuestión nuclear iraní". Sin lugar a dudas, el dossier relativo a Irán fue el principal asunto que trataron Olmert y Bush. Esta circunstancia resultaba tan previsible como las respuestas que lanzaron los representantes iraníes a principios de la semana pasada a Israel y a las evocaciones de algunas voces del Estado israelí que, para impedir la "nuclearización total" que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, espera celebrar este de año, amenazan con bombardear los lugares donde Irán desarrolla su programa nuclear civil pero que siembra dudas sobre su posible uso militar. "Si el régimen sionista comete tal estupidez la respuesta militar iraní será veloz, poderosa y aplastante", dijo sobre los supuestos planes represivos de Israel, Mohamed Ali Hoseini, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní. Las declaraciones de Hoseini son tan serias como que en 1981 Israel ya bombardeó un reactor nuclear iraquí que despertó las mismas dudas que el programa iraní. La reciente decisión de Olmert de nombrar como ministro de las Amenazas Estratégicas a Avigdor Lieberman es una razón más para mostrarse agresivamente a la defensiva tal y como acostumbran a mostrarse los representantes iraníes. Según ha descrito las cualidades de este nuevo ministro el diario israelí Haaretz, "la falta de mesura y la pasión desenfrenada de Lieberman a la hora de hablar" es sólo comparable "con la del presidente de Irán". De ahí que su nombramiento pueda "traer consigo el desastre en toda la región". Lieberman ratifica el endurecimiento de las posiciones israelíes en todo lo que tiene que ver con la política de seguridad y asuntos exteriores. De ahí que no se prevea un cambio de posición israelí respecto de Irán ni respecto de los palestinos. Con Lieberman, "según los analistas políticos israelíes, un acuerdo de paz con los palestinos es imposible", asegura Linda Grandstein, corresponsal en Jerusalén de la NPR, la radio pública estadounidense. Por eso, el escrito de Heller, que instaba a los responsables israelíes a avanzar hacia un alto al fuego con Hamas para calmar los ánimos empezando por los de los palestinos para luego hacer lo propio con los de los iraníes, debe parecer papel mojado para la Administración Olmert.