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ELECCIONES 2007

Miguel Sebastián, de asesor del presidente a la carrera por Madrid

Por Antonio PérezTiempo de lectura4 min
España29-10-2006

Después de la designación de Trinidad Jiménez como secretaria de Estado y del fracaso de Bono, Rodríguez Zapatero apuesta a uno de sus asesores de más peso y de mayor confianza para la pugna por el ayuntamiento más codiciado de España.

"¿Quién es ese hombre?”, esta frase es el estribillo de la canción de una popular serie de televisión y algunos ya bormean con que va aser la canción de moda entre los madrileños en referencia al desconocimiento del candidato socialista. Ya hay chistes entre la población, pero lo cierto es que Miguel Sebastián, el nombre anunciado por el Partido Socialista como candidato a la Alcaldía de Madrid, es una de las bazas fuertes del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Cuando empezaron las apuestas sobre el futuro candidato, hace ya algunas semanas, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, anunció que se trataría de una persona de reconocido prestigio profesional. Sin embargo, muchos de los posibles candidatos reunían esa condición, así que tampoco supuso ninguna novedad. Tal vez por esa indefinición, el anuncio fue una doble sorpresa: en primer lugar por el candidato, que no aparecía en unas encuestas encabezadas por María Teresa Fernández de la Vega, Felipe González, Pedro Zerolo, Antonio Gutiérrez y Josep Borrell y Javier Solana (que habían declinado la oferta). En segundo lugar por el momento en el que se produjo, ya que surgió el mismo día en el que el Parlamento Europeo discutía sobre el proceso de paz del Gobierno español y ETA. Con todo esto, el efecto que tuvo la designación de Sebastián como contrincante de Alberto Ruiz-Gallardón descolocó tanto a los ciudadanos como al Partido Popular. Sebastián era, hasta ahora, el director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno y trabajaba codo con codo con Rodríguez Zapatero. Madrileño de 49 años, tras una carrera brillante como economista, un doctorado en Minnessota, un periodo de docente en la Complutense y su paso por la Dirección de Planificación del Ministerio de Hacienda, el Servicio de Estudios del Banco de España y la Sociedad Intermoney, fue contratado como director de estudios del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA). Sus enfrentamientos con el entonces ministro de Economía del PP, Rodrigo Rato, y sus guiños al nuevo PSOE comandado por Zapatero, forzaron su marcha del banco. Sebastián siguió colaborando estrechamente con el que era candidato socialista a la presidencia del Gobierno (de él fue la idea, entre otras, de cambiar los tramos del IRPF para simplificarlo) hasta el punto de que fue nombrado coordinador del programa electoral junto al, hasta entonces, mano derecha de Zapatero y actual ministro de Trabajo, Jesús Caldera. Una vez ganadas las elecciones, en marzo de 2004, la opinión pública daba por seguro que Sebastián alcanzaría como recompensa la cartera de Economía… pero no fue así. El hoy candidato a la alcaldía madrileña –que colaboró en su juventud con el partido socialista de Enrique Tierno Galván- declinó el ofrecimiento de Zapatero al considerar que no tenía suficiente experiencia política para asumir el cargo. Pedro Solbes se quedó con Economía y Sebastián fue nombrado el máximo responsable de la Oficina Económica del presidente, un órgano que actúa como asesor directo del jefe del Ejecutivo. Ahora la tortilla ha dado la vuelta, y Miguel Sebastián se atreve con un reto políticonada fácil: quitar la alcaldía de Madrid a Ruiz-Gallardón, uno de los “pesos pesados” del PP. Como compañero de fatigas tendrá a Rafael Simancas, que repite como candidato a la Comunidad. El nombramiento de Sebastián cuenta con el visto bueno de la Federación Socialista Madrileña y el propio Simancas se ha mostrado encantado con la apuesta de Zapatero. Por su parte, el alcalde de Madrid y candidato del PP, Alberto Ruiz-Gallardón, consideró al conocer a su contrincante que no se trata “de un hombre del partido”, sino de una “decisión personal de Rodríguez Zapatero” por lo que, a su juicio, será el presidente el que tenga que asumir los resultados de Sebastián en las próximas elecciones. El fin de la incertidumbre Independientemente de las reacciones que pueda suscitar el nombramiento, lo cierto es que con esta decisión el PSOE finaliza con una situación de incertidumbre que llevaba prolongándose desde que se hizo público que Trinidad Jiménez no repetiría como candidata. Desde ese momento se inició una carrera paralela –tanto en el interior del partido como en la opinión pública- para conocer al futuro candidato y el baile de nombres ha sido constante desde entonces. El que se dio como seguro, José Bono, se convirtió al final en flor de un día, que fue el tiempo que tardó en declinar públicamente el ofrecimiento. Después del patinazo, Rodríguez Zapatero se comprometió a designar a un nombre de altura, y se empezó a barajar a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, como posible rival de Gallardón. Incluso algunos sectores del PSOE iniciaron una cadena de mensajes mediante teléfono móvil incitando a los militantes del partido a pedir que Fernández de la Vega siguiera ejerciendo como número dos del Ejecutivo.