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CINE

El optimismo triunfa en 51 edición de la Seminci

Por Eva Araújo LosasTiempo de lectura3 min
Espectáculos28-10-2006

Goran Paskaljevic ha cautivado al público de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Optimistas es la tercera película con la que el cineasta serbio logra llevarse un premio español. En 1995 la Espiga de Oro le llegó por La Otra América, y hace un par de años fue en San Sebastián donde Paskaljevic recogía el Premio Especial del Jurado por Sueño de una noche de invierno.

"El optimismo consiste en insistir en que todo va bien cuando todo va mal", es la frase del ilustrado Voltaire en su obra satírica Cándido, y la inspiración del galardonado director. Paskaljevic no sólo recogía en la noche de ayer la Espiga de Oro al mejor largometraje, sino que también se llevó el Premio de la Juventud de la sección oficial. Cinco historias reconstruyen diferentes realidades de la Serbia tras la caída de Milosevic. Cinco relatos unidos por la dura realidad vista desde un punto optimista por uno de los personajes: cinco papeles para el polifacético Lazar Ristovski al que el jurado internacional le otorgó el premio al Mejor Actor. Siguiendo en los largometrajes la historia de amor a tres bandas ha sido la Espiga de Plata por Zemestan del iraní Rafi Pitts, que también sumó otro de los premios más importantes de la sección con la mejor dirección de fotografía, por el trabajo de Mohammad Davoodi. Ciudad en Celo, el filme argentino de Hernan Gaffet, ha sido el Premio Pilar Miró de esta 51 edición de la Seminci. La película refleja la madurez de un grupo de amigos que debaten sobre la vida en su bar habitual. La vida les separa y sólo vuelven a reunirse tras el suicidio de uno de ellos. Y de nuevo el jurado internacional ha otorgado dos premios al mismo largometraje. Jindabyne de Ray Lawrence, ha conseguido el premio a la Mejor Música -por el trabajo de Paul Kell y Dan Luscombe- así como el de Mejor Actriz para Laura Linney, que interpreta el papel de una mujer que se enfrenta a su propia familia para que prevalezcan sus propios principios éticos. Y para no desentonar con la tónica de los premios en los largometrajes, la sección de cortos otorgó la Espiga de Oro a dos de los trabajos: Elöbb-Utóbb, que en castellano significa Tarde o temprano, de Istáv Madarász, y la aclamada Printed Rainbow del indio Gitanjali Rao, que a través de una extravagante y fantástica historia introducida por los dibujos de unas cajas de cerillas dejó al público deslumbrado por la originalidad de la propuesta del realizador asiático. Estamos por todos lados, de Sofía Pérez Suinaga, se llevó la plata de la sección por el relato con lenguaje publicitario del asalto psicológico de uno de los personajes de la historia. El Premio UIP se lo llevó Le dînner, un corto francés que en el tiempo de una simple cena desarrolla toda la acción. Cécile Vernant, la directora, demostró su bagaje profesional, acreditado en numerosos festivales con su trabajo anterior Mot compte double. Todos los galardonados recibieron en la noche del sábado sus respectivos premios en una gala de clausura a la que le puso punto y final el documental Once in a lifetime, de Paul Crowder y Jhon Dowder, un relato sobre el club de fútbol estadounidense Cosmos. El festival ha cumplido con los nueve días de programación, nueve jornadas en las que las once secciones de la Seminci han dejado con sabor a poco a muchos. Con visos de buscar entre el cine más independiente, los ciclos de películas han pecado de poca originalidad acudiendo a películas tan comerciales como Tomb Raider. Sin embargo, las películas de la sección oficial sí se han mostrado muy optimistas.