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IRAQ

Iraq continúa inmerso en el ¬todos contra todos¬

Por Miguel MartorellTiempo de lectura3 min
Internacional29-10-2006

La violencia en Iraq sigue sin remitir, las dramáticas estadísticas que manejan ONG hablan de 100 muertos al día y los atentados siguen siendo el día a día de la población. La situación ha hecho perder toda confianza en las tropas de Estados Unidos y sus aliados a los iraquíes, que ven como los insurgentes se hacen más fuertes día a día y sus Fuerzas de Seguridad son estériles frente a las milicias suníes y chiíes, enfrentadas entre ellas y contra el Gobierno de Nuri al Maliki.

Trece policías muertos y otros 24 heridos en una emboscada en la aldea de Al Muradia, próxima a Baquba, en la provincia de Diyala, a unos 60 kilómetros al noreste de Bagdad. Todo comenzó con el estallido de un artefacto explosivo al paso del autobús en el que viajaban, de regreso a sus hogares para pasar la festividad musulmana de Al Eid Al Fter (fiesta del ayuno). Varios hombres armados remataron un ataque que ha marcado el fin del Ramadán. En medio de la lucha sectaria que mantienen suníes y chiíes entre sí por el control del país, las Fuerzas de Seguridad se han convertido en el blanco predilecto de los insurgentes, que consideran al Gobierno de Al Maliki un "colaboracionista" de Estados Unidos. En esta ocasión, lo más previsible es que fueran milicianos suníes los autores del ataque, pues Diyala es uno de los feudos de la resistencia árabe suní, junto la provincia de Al Abar, situada al oeste de Bagdad. En este panorama de violencia, las Fuerzas de Seguridad se encuentran cada vez más solas, toda vez que han perdido la poca confianza que tenían hacia EE.UU. y sus aliados, denunciados más de una vez por sus excesos en Iraq. Esta misma semana, la Administración de Basora, 550 kilómetros al sur de Bagdad, suspendía su colaboración con las tropas británicas por su "actuación irresponsable" y en respuesta "a las transgresiones y excesos cometidos por ese contingente contra oficiales y miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes". Esta medida se toma sólo cinco días después de que militares británicos detuviesen a un grupo de policías que se disponían a desactivar un artefacto explosivo colocado en una carretera que las tropas británicas usan para trasladarse a su base ubicada en el aeropuerto de Basora. Quizá un simple error de las tropas británicas nada comparable a los macabros excesos que han denunciado los medios de comunicación en más de una ocasión. Pese a todo, el Gobierno de Al Maliki sigue siendo optimista respecto a la escalada de violencia del país. El primer ministro cree que en seis meses podría tener el país y a los insurgentes bajo control, la mitad del tiempo que los generales estadounidenses dicen que se necesita, siempre y cuando Washington facilite más armamento y mayor autonomía sobre sus propias fuerzas. "Ellos piensan que las fuerzas iraquíes en formación necesitarán entre 12 y 18 meses para que podamos tomar el control de la seguridad", señaló Al Maliki "pero pensamos que si, como estamos pidiendo, la reconstrucción de las mismas estuviera en nuestras propias manos, seis meses podrían ser suficientes". El jefe de Gobierno no dudó en atribuir la responsabilidad de lo que está ocurriendo en Iraq a "la coalición", subrayando que, pese a ser el primer ministro y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas "no puedo mover ni una sola compañía sin la aprobación de la coalición". "Queremos tomar decisiones firmes y difíciles", proclamó Al Maliki, pero criticó que "pero cualquiera tiene que hacerlo desde una base sólida y, hasta el momento, la base es inestable debido a las actuales políticas de seguridad".