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GIMNASIA

Un Mundial sin historia

Por Andreu RomeroTiempo de lectura2 min
Deportes04-11-2001

Al margen del poderío de los países del este de Europa y de la renuncia de China a enviar al Mundial a sus mejores gimnastas, la participación de los españoles fue buena, aunque sin alardes. Las ausencias de Gervasio Deferr y la grave lesión de Jesús Carballo mermaron las posibilidades de España.

El español Jesús Carballo, que llegó a Gante como campeón del mundo y era uno de los aspirantes al título, tuvo que retirarse durante la primera ronda clasificatoria al lesionarse la rodilla derecha –ruptura del ligamento cruzado anterior-, una lesión de la que se acababa de recuperar y que ya le privó de competir en los JJ.OO. de Sídney. Con este contratiempo, se salvó la participación española gracias la excelente progresión demostrada por el equipo femenino que se quedó a las puertas del medallero al quedar en cuarto lugar. Especial mención merece la actuación de Sara Moro, que quedó cuarta en asimétricas. En el panorama femenino, las rumanas volvieron a imponer su ley y consiguieron su quinto mundial desde 1979. La gran actuación de Andrea Raducan fue clave; la gimnasta rumana, junto a la rusa Svetlana Jorkina, fue la reina del Mundial al conquistar tres medallas de oro. Raducan fue la mejor en suelo y en barra de equilibrios. Jorkina lo fue en los demás aparatos: barras asimétricas, salto y además en el concurso completo. En la competición masculina Bielorrusia conquistó por primera vez el Mundial, por delante de Estados Unidos, equipo que obtuvo en la segunda plaza su mejor clasificación. La tremenda igualdad entre los gimnastas provocó que las medallas estuvieran muy repartidas y que no destacase nadie sobre los demás. El búlgaro Jordan Jovtchev y el rumano Marian Dragulescu fueron los únicos capaces de conquistar dos medallas al compartir la primera plaza en suelo. En Gante defraudó la actuación del renovado equipo chino. La formación asiática fue una de las grandes perdedoras de los mundiales al finalizar en el quinto puesto del medallero general con tan sólo tres metales, uno de cada color. Su único oro lo obtuvo Feng Jingl en el concurso completo. La ausencia de sus figuras más destacadas, reservadas por el régimen comunista para los campeonatos naciones, fue el motivo de la pobre actuación de los gimnastas chinos.