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MOTOCICLISMO

Carlos Checa se quedó con la miel en los labios

Por Andreu RomeroTiempo de lectura2 min
Deportes03-11-2001

Únicamente en 125 cc. quedaba la posibilidad de que Youichi Ui le quitase el título, pero el de San Marino necesitaba ser 13º para asegurarse su primera posición matemáticamente. Rossi y Katoh ya habían resuelto esa papeleta hace tiempo, pero vencieron igualmente.

125 cc. El único título que quedaba en juego no tuvo color. Ui, como viene haciendo últimamente, se escapó derechito hacia la victoria, pero necesitaba un milagro que Poggiali no quiso hacer: entrar entre los 13 primeros, exactamente quinto. El sanmarinense conservó las rentas y se aseguró el campeonato, no hacía falta más y ya dirá el futuro si gana más títulos o cómo lo hace. En cuanto a los españoles, Toni Elías, en su despedida de la categoría antes de pasar al equipo de Jorge Martínez Aspar, quedó cuarto y terminó tercero el Mundial. 250 cc. Las únicas dudas que quedaban eran el tercer puesto en el Mundial de Marco Melandri, que finalmente lo consiguió. Ni siquiera el subcampeón, Tetsuya Harada, entró en la lucha por la carrera, pues ya lo tenía asegurado. El que volvió a armar el taco, eso sí, fue Fonsi Nieto, que lideró la carrera al principio pero perdió la oportunidad de subir al cajón o, incluso, conseguir la primera victoria de su vida. Pero como siempre, el campeón, Daijiro Katoh dejó a todos los aspirantes en ridículo: 12 victorias en una sola temporada, una barbaridad sólo al alcance de un auténtico extraterrestre. 500 cc. Valentino Rossi dejó claro que no tiene nada que ver, ni tiene, con los pilotos ramplones que han ganado con un ojo en la calculadora los últimos títulos, aunque no sin mérito: Álex Crivillé y Kenny Roberts. Como buen pupilo mantuvo su dominio aplastante y no dejó ganar a Carlos Checa, después de que el piloto catalán hiciese una excelente carrera. De hecho, Checa entró primero en la meta... de la segunda parte de la carrera, que se había suspendido en la sexta vuelta por la lluvia: había que sumar los tiempos parciales. Como en la sexta vuelta Checa perdía tiempo con Rossi, al final acabó segundo, a escasas 143 milésimas del italiano. El piloto catalán se lamentaba porque por unos instantes se creyó vencedor del tercer Gran Premio de su vida.