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BALONCESTO

La ACB busca consolidar la pasión por el baloncesto

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura2 min
Deportes30-09-2006

Devolver al baloncesto a los primeros puestos de las audiencias es el gran reto de los mandatarios de la ACB desde hace años. Otros deportes con menos tradición en España, como la Fórmula 1 y el tenis, lo han relegado a un segundo plano. Sin embargo, el oro de la selección española en el Mundial de Japón ha facilitado el camino para recuperar el terreno perdido y los responsables de la liga saben que ésta puede ser su gran oportunidad.

En 1999, la inyección económica del contrato televisivo firmado con Canal+ permitió a los clubes fichar más jugadores de calidad, formar plantillas más completas y mejorar las infraestructuras. Así se pudo formar un amplio grupo de equipos potentes que llevaron a periodistas de todo el mundo a afirmar que la española se había convertido en la segunda mejor liga del mundo, sólo por detrás –evidentemente– de la NBA. Sin embargo, esta estrategia no funcionó como se esperaba, pues se ocultó al público la competición y las audiencias descendieron enormemente. Un claro ejemplo de ello es que en la temporada 1994-1995 la audiencia media era de 1.288.000 espectadores, el doble que en la 2005-2006. El acontecimiento que más ha enganchado en las últimas temporadas ha sido la Copa del Rey. Pero los dos millones de espectadores alcanzados por en la última edición distan mucho de los números manejados antaño: hasta cuatro millones en algunos partidos. Sin embargo, el excelente papel de España en el Mundial ha servido de acicate. Los índices de telespectadores han subido hasta alcanzar el nivel de hace una década. De hecho, la final contra Grecia superó con creces los tres millones y medio. Por ello, todos los estamentos han planteado esta temporada como decisiva para el futuro del baloncesto. La agencia de estudios de mercado Salvetti y Llombart da las claves para enderezar esta situación, y señala como principal problema del baloncesto en España el hecho de que “no es capaz de generar entretenimiento para un consumidor de espectáculos deportivos no experto”. Algo que sí han conseguido el fútbol, las motos, la Fórmula 1 e incluso la NBA, cuyos resúmenes pueden verse todos los días en los informativos. Por ello, la ACB ya ha tomado medidas. Iniciativas como permitir a las cámaras entrar en los vestuarios tras el partido, muy al estilo americano, dejan entrever sus intenciones. Entre los puntos débiles de la liga española, el estudio destaca cuatro: la falta de competitividad del campeonato –pese a haber muchos candidatos al título, el resto de equipos tenían un nivel muy bajo-, la ausencia de notoriedad derivada de la escasa presencia de los medios, la falta de novedad en una competición “poco moderna” y el vacío emocional que genera entre los seguidores el cambiar tanto los equipos de un año para otro. La primera cuestión quedó solventada la temporada anterior, la más igualada de la historia. El segundo ya se está mejorando al dar más opciones a las televisiones. El tercer punto, el modelo de competición, es el mismo que en las demás ligas y es intocable. En cuanto al cuarto punto, los cerca de cien fichajes veraniegos –tantos como fichas disponen los equipos– evidencian que a la ACB le queda mucho trabajo por hacer.