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HUNGRÍA

El primer ministro ocultó una crisis económica para ganar las elecciones

Fotografía
Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura3 min
Internacional24-09-2006

“Hemos mentido por la mañana, por la tarde y por la noche.” Estas sencillas palabras, recogidas en una grabación difundida por la radio pública del país, han sumido a Hungría en la crisis política más importante de su historia reciente. La frase en cuestión corresponde a su primer ministro, Ferenc Gyurcsany, quien se mostraba así de sincero con sus colegas de partido en una reunión a puerta cerrada un mes después de las elecciones del pasado abril. Gyurcsany admitía así haber engañado al electorado en los datos de los principales índices económicos del país para poder conseguir la reelección.

La verdad salió a la luz la pasada semana en Hungría cuando la radio pública del país magiar ofrecía a todos sus oyentes una grabación en la que el primer ministro admitía a sus correligionarios del partido socialista haber mentido en diversos datos económicos a los ciudadanos para conseguir ganar los comicios. “Hemos mentido por la mañana, por la tarde y por la noche”, declaraba Gyurcsany. Y es que pese a que el Gobierno de la nación viene vendiendo desde principios de año unos índices económicos esperanzadores para entrar en la eurozona a corto plazo con la ayuda de un pequeño paquete de medidas saneadoras, ahora los húngaros han descubierto con estupor que su economía dista mucho de encontrarse en buenas condiciones: “la providencia divina, la abundancia de dinero en la economía mundial y centenares de trucos nos han permitido sobrevivir hasta ahora.” En la grabación de la discordia, Gyurcsany reconocía además la negligencia de su Gobierno en este ámbito: “no hay muchas opciones, no las hay porque la hemos jodido. No un poco, sino mucho. La hemos jodido más que ningún otro país de Europa. (…) Estamos por encima de las posibilidades del país y no hemos hecho nada durante de años. No podemos enorgullecernos de ninguna medida gubernamental” Al parecer, los datos económicos que revelaron los estudios oficiales durante la recta final de la campaña electoral eran tan nefastos que el Partido Socialista húngaro hizo todo lo posible por ocultarlos: “En los meses anteriores hicimos todo lo que pudimos en secreto, asegurándonos de que los papeles con los que estábamos trabajando no saldrían publicados las últimas semanas antes de las elecciones. Guardamos el secreto aunque sabíamos que si ganábamos tendríamos que ponernos a trabajar en serio, ya que nunca hemos tenido un problema como éste.” Y así fue. Los sindicatos húngaros llevan en liza con el Gobierno desde septiembre debido a que para intentar salir del atolladero el Ejecutivo ha subido casi la totalidad de los impuestos además de crear otros nuevos. En un principio a los ciudadanos se les expuso que se trataba de una medida compensatoria por el déficit de la balanza comercial magiar, pero ahora ya se sabe que tales iniciativas responden a una malograda economía. La salida a la luz de la verdad ha cubierto el país de sombras. El pueblo ha salido masivamente a la calle para pedir la dimisión de su primer ministro y se han registrado numerosos incidentes violentos a lo largo de la semana. Las sospechas de la filtración pasan por Gyurcsany La identidad de la persona que filtró la conversación privada entre el primer ministro del país y sus compañeros de partido es una incógnita, pero existen sospechas. La más extendida es la posibilidad de que fuese el propio Gyurcsany el que entregase la grabación a la radio. Ésta se fundamenta en que tras la difusión en la radio, por cierto, pública, de la conversación, el propio primer ministro decidió colgarla en su blog personal de Internet. El objetivo que pretendería conseguir Gyurcsany con este gesto sería el de concienciar a los húngaros de la necesidad de sus polémicas reformas económicas y subidas de impuestos.