LÍNEAS AÉREAS

Gran guerra entre las compañías ‘low cost’

Por Ana Gutiérrez Arias1 min

Economía10-09-2006

Iberia y Air Europa fueron las primeras que tomaron la decisión, hace unos meses, de ofrecer vuelos a destinos nacionales a cinco y 18 euros respectivamente. Desde ese momento, el resto de compañías las han seguido en esta práctica de ofrecer desplazamientos baratos.

La campaña más agresiva realizada hasta el momento la protagonizó Ryanair hace unos días, cuando ofreció billetes gratis en Barcelona para quienes portaran carteles contra Iberia. El problema comenzó cuando los manifestantes se percataron de que no había billetes para todos. Por si fuera poco con la avalancha de ofertas de las empresas de bajo coste, Iberia ha creado su propia aerolínea low cost, Clickair, con la que competirá con Easyjet, Vueling.com o Ryanair, entre otras. La compañía empezará a volar el 1 de octubre y, como oferta de lanzamiento, ha puesto en el mercado 100.000 plazas a un precio de tan sólo cinco euros cada una; como resultado, lleva vendidos en dos días unos 20.000 billetes. Pero no es la única que termina el verano con vuelos más que baratos. Spanair anunció hace unos días la venta de vuelos a un euro y, días antes, Iberia ya había lanzado una promoción a 10 euros, aunque con condiciones. Sin embargo, en ocasiones el precio presentado dista mucho del coste final. A los atractivos números de las ofertas de vuelos hay que sumarle tasas de aeropuerto, de gasolina y recargos por la venta por Internet, lo que en muchas ocasiones hace que el precio real del billete supere el del vuelo convencional. Las asociaciones de consumidores alertan a los compradores para que no se dejen engañar por la publicidad y que comprueben exactamente los precios que pagarán finalmente y las condiciones de su viaje para no encontrarse con sorpresas de última hora. Ante esta situación, la Comisión Europea ya ha aprobado una propuesta para que las aerolíneas dejen de anunciar sus ofertas sin incluir todos los gastos que el cliente tiene que abonar para conseguir su billete, pero muchas empresas siguen haciendo caso omiso de esta decisión de Bruselas, que no será efectiva hasta dentro de dos años.