IRAQ
La CIA asegura que no hay vínculos entre Sadam Husein y Bin Laden
Por Marta Aguilera Jiménez2 min
Internacional10-09-2006
No hay pruebas que vinculen directamente al derrocado dictador iraquí, Sadam Husein, y el líder de Al Qaeda, Bin Laden, según un informe del Senado de Estados Unidos basado en un análisis de la CIA de 2005. El documento dice que el Gobierno de Sadam ni tenía relación, ni apoyaba a la red terrorista, ni hacía la vista gorda con Al Zarqaui y sus socios.
El senador demócrata de EE.UU., Carl Levin, miembro del Comité, afirmó que el informe señala “los esfuerzos incesantes, falsos y engañosos” del Gobierno de George W. Bush por vincular a Sadam Husein con los terroristas de Al Qaeda. Asimismo, la Casa Blanca ha tratado de minimizar el impacto del informe al señalar que su contenido no ofrece novedades y que la invasión tuvo apoyo bipartidista en el Congreso. La divulgación del informe, que analiza los datos de inteligencia previos a la invasión -y la información entregada por exiliados opuestos al régimen de Sadam-, coincide con una serie de discursos del presidente Bush sobre la guerra en Iraq y su importancia como epicentro de la lucha antiterrorista. La guerra en Iraq y el descontento popular en torno a ese conflicto bélico se perfilan como los asuntos más importantes para los comicios legislativos del próximo 7 de noviembre en Estados Unidos. Detención del número dos A pesar de que el Gobierno iraquí anunció el pasado 3 de septiembre la detención del número dos de la red terrorista Al Qaeda, Hamed al Suaidi, alias Abú Hammam, los actos violentos no cesan en el país. El consejero de Seguridad nacional iraquí, Muafaq al Rabie, informó sobre la captura del terrorista, acusado del atentado contra un mausoleo chií el febrero pasado en la ciudad chií de Samarra. Por otro lado, el Gobierno iraquí y la coalición internacional firmaron en Bagdad un documento por el que se hace oficial el traspaso de competencias militares al Ejército iraquí y la asunción del primer ministro del país, Nuri Al Maliki, al mando de las tropas iraquíes. A partir de ahora, el Ejército será formalmente responsable de las operaciones de seguridad en las quince provincias de Iraq, incluidas las más violentas, donde operan grupos de insurgentes suníes, como Al Anbar, en el oeste, Diyala, en el este, más Salahedín y Nínive, en el norte.