Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

URBANISMO

La sombra de la corrupción inmobiliaria se posa ahora en Seseña

Por Enrique García García Tiempo de lectura1 min
España29-07-2006

Si hay algo que han evidenciado las distintas fases de la Operación Malaya llevadas a cabo en Marbella son la multitud de irregularidades urbanísticas que asolaban al consistorio malagueño. No obstante, la novedad es que ahora este mismo fenómeno de corrupción relacionado con el cemento y el ladrillo puede darse incluso en ciudades que aún están por levantar. Ese es el caso de Seseña.

Esta localidad situada en la provincia de Toledo, debe su popularidad a un urbanización de considerable extensión. Seseña se ganó un lugar en el mapa de la actualidad cuando su alcalde, Manuel Fuentes, de Izquierda Unida, denunció que la “ciudad” se estaba instalando en un terreno carente de servicios mínimos de agua, gas y electricidad, por lo que se sospecha de la limpieza de la recalificación de aquel terreno. A todo esto se suman, además, los herederos del anterior propietario del terreno, que han presentado su propia denuncia contra la constructora por estafa, al haber comprado por siete millones un terreno claramente más valioso, y por negarse a cumplir la sentencia que les permitía ejercer el derecho de compra forzosa del mismo. De continuar así, este asunto promete levantar más polvo que las obras de Marbella y la Operación Malaya. En lo que a la trama marbellí, se refiere tres de los cuatro abogados del despacho madrileño Sánchez Zubizarreta-Soriano Pastor, encarcelados desde la primera fase de la Operación Malaya, quedaron en libertad bajo fianza de 60.000 euros cada uno. Del mismo modo, el presidente de la promotora inmobiliaria Aifos, y el director general de la misma compañía, han desembolsado la cifra de 700.000 euros entre ambos para poder salir de prisión. Todo ello mientras el fiscal del caso manifiesta que los implicados forman un “grupo delictivo de guante blanco perfectamente organizado” por lo que pidió que no se concedieran fianzas a los mismos.